miércoles, 27 de julio de 2011

HACIENDO AMIGOS

Llegaron a casa hace un año. Preciosos los dos. 
Ella... tímida, introvertida, independiente, callada, asustadiza...
 El... todo un torbellino... juguetón, incansable,extrovertido, inquieto...
A ella... le costó amoldarse... nuevo hogar, nuevas personas, nuevas costumbres...
Él... si hizo dueño de la casa desde el primer momento... nada le paraba, nada le asustaba...
Con el tiempo, ella, se fue confiando... se fue adaptando... ¡Hasta aceptaba las caricias!
Él, se nombró Rey y Señor de su nuevo hogar. Todos pendientes de él... ¡Eureka!
Los demás, nos fuimos acostumbrando tenerlos alrededor, quererlo, mimarlos, cuidarlos...
Un día llegó el verano... el sol, la luz... Y descubrieron su jardín encantado... ¡El Patio!
Entre macetas y ruidos, niños que les llamaban, llenaban las horas en éste. Para dentro, para fuera... ¡Era todo un descubrimiento!
Un día... alguien se asomó al Patio... Alguien que. Y les dijo: ¡Hola!
Ella, tímida, apenas si le miró. 
Él, abierto, simpático, atrevido,se acercó y sin muchas explicaciones previas, dio por echo que... ¡Aquel sería su amigo!
Y así fueron pasando los días...
En cuanto salían al Patio, él  llamaba con insistencia a su nuevo amigo... ¡Siempre tenía alguna golosina para él! Ese era el premio por su compañía, por sus mimos, por su amistad.
Pero un día, como todos los pequeños intrépidos y traviesos, él, tubo un pequeño accidente hogareño. Una pequeña herida que, al cojear durante unos días, le recordaría que, hay que ser más cuidadoso. 
El problema surgió cuando, a causa de la pequeña herida, las salidas al Patio, se restringieron.
Lloraba debajo de la ventana... Gritaba a su amigo... ¡Le echaba de menos!
Fue entonces cuando descubrió que,para  ganarse el cariño de los demás,  ser querido por los demás,  era tan fácil como, ser un poco amable, cariñoso; dando un poco de compañía a quienes la quería.
Una tarde, como él no podía salir, su amigo, que también le echaba de menos,  llamó a casa... iba buscarle, quería saber ¿por qué no salía a jugar con él?, a por  su golosina... ¡Un poquito de Jamón de York!
Desde entonces, los tres, se han echo inseparables... 
Ella..les observa desde su timidez..
Él, espera impaciente que su amigo llegue y éste, le recibe todas las tardes con una sonrisa, abriendo sus puertas para él.
Dentro de poco, su pequeña herida, curada del todo, le permitirá volver de nuevo, a saltar a la ventana de su ¨vecino¨. Sus maullidos, llamándole, volverán a ser la canción que se oiga en el Patio cada tarde.
En lo que queda de verano...Grace y Fuli... seguirán disfrutando de una amistad, que nació en un Patio de vecinos, entre una Gatita, un Gatito y un Hombre que ama a los animales.


Annia Mancheño



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