domingo, 26 de junio de 2011

EL PIANO


  
Las lágrimas la despertaron de una triste pesadilla y para esperar el dia, decidió le ponerle a la noche melodías.
Encendió la radio y una dulce melodía sonaba en el silencio de ésta, alumbrando  su  corazón, eran las notas de un piano que iba desgranando una canción.
Imaginó unas las manos que, sobre un teclado iban volando, como palomas en hileras que su belleza iban mostrando.
Estrellas a las que la Luna su blanca luz les ha prestado; luceros juguetones que sonrientes están bailando.
Mariposas volando entre rosas y amapolas; Luciérnagas brillantes que a la noche sus ojos asomaban.
Eran notas cantarinas que en el silencio juguetonas, traían a su mente una cascada de perlas blancas, que su blancura a la nieve robaban.
Olas de blanca espuma que le recordaban la playa, donde sus manos de niña, castillos encantados creaba, llenos de cuentos de hadas.
Lágrimas brillantes que vestidas de emoción, en  su mente crean un sueño:
Unas notas que  hablaban de la belleza de una flor. Una margarita vestida con el color de la paz, con un tocado de noche que  en ese instante en hilera se quisieron acostar y en forma de melodía se  ha  convertido  en piano, para traer hasta ella envueltas en éstas sus caricias y abrazos.
Eran como  el Hada Encantada que iluminaba  su corazón  y a la tristeza, que en ese momento quería  vestir  con  su manto la noche, mientras llegaba el día, venía e a echarla con su voz.

Annia Mancheño
LIBERTAD DE EXPRESIÓN


Rosana tenía los nervios a flor de piel, desde el día anterior.
Todo había ocurrido tan rápidamente, que incluso ahora que tenía su decisión tomada, le parecía que tan sólo era un sueño, un mal sueño.
Había preparado las maletas cuando llegó a casa. Estaba tan encolerizada que durante unas horas pensó que unos días de vacaciones no estarían mal.
Cuando  Andrés la llamó a su despacho aquella mañana, suponía que quería hablarle sobre el ultimo articulo que había escrito y que había salido publicado aquel día.
Recordaba el contenido de éste como si lo hubiera escrito en ese mismo momento.
¡ FIESTA ESPECTACULAR EN EL PALACIO DE LOS CONDES DE SIERRA, CON MOTIVO DE LA PUESTA DE LARGO DE LA STA. SANDRA SIERRA !
Anoche, alumbrada por una espléndida luna y rodeada de farolillos de colores y vistosas flores, la Sta. Sandra Sierra, celebró entre música y sonrisas, su puesta de largo, es decir, su entrada en sociedad.
Sandra Sierra, radiante y realmente hermosa, lucia un vestido largo de un suave color azul, bordado con fina pedrería que asemejaban perlas sembradas sobre la parte superior  de su vestido.
Sus cabellos, recogidos en forma de caracola sobre la nuca, dejaban al descubierto su rostro, que con un suave maquillaje en tonos tierras, mostraba la esplendorosa salud
de la cual goza. Sobre su muñeca derecha lucia un precioso brazalete regalo de sus padres ante tan feliz acontecimiento. Éste, diseño del conocido  Alvaro de Lienza, mostraba  un dorado Delfín, cuyos ojos estaban compuestos por dos diminutos diamantes. Sobre el cuello, una fina hilera de perlas que depositadas sobre diminutas conchas de oro, hacían sobresaltar la belleza de éstas.
Después de degustar un exquisito aperitivo en los jardines donde el lujo de los manjares expuestos en delicadas bandejas plateadas, competían con el suave aroma de las flores y el delicado sonido que desde una plataforma, situada en el centro del jardín y revestida de raso llegaba hasta ellos de mano de una orquesta, los invitados pasaron a los salones. Estos se encontraban  adornados con candelabros que despedían reflejos plateados que se asemejaba a estelas blancas, que aportaban al ambiente un toque de romanticismo, que conjuntado con las esplendideces  que sobre manteles de un blanco inmaculado se mostraba a los comensales, hacía que la imaginación volara hasta esos grandes acontecimientos sociales donde el Rey era Don dinero.
En el centro de la mesa, un hermoso Cisne esculpido en hielo, les observaba mientras de sus alas pequeñas gotas brillantes de cristal de agua, resbalaban hacía una bandeja dorada que ribeteada por onduladas formas recogían estas. A ambos lados, esparcidas por toda la mesa, diminutas bandejas donde el colorido de los manjares se mezclaba con los variados aromas que desprendían : Caviar, patees, salsas, diminutos panecillos y toda clase de delicias, hacían las delicias ( y valga la redundancia ) de los comensales.
La Sta. Sierra, conversaba animadamente con su padre,  agradecida por todo aquello y por las alabanzas y felicitaciones que estaba recibiendo de sus amigos.
Entre sonrisas y conversaciones sobre política y aventuras y desventuras de la Alta Sociedad, fueron desapareciendo de la mesa, dichos manjares así como exquisitos Consomés, Delicias de Mero en salsa azul, Trenzado de Ternera con guarnición variada, frutas tropicales, sorbetes multicolores...
Todos, al final de la cena alabaron el menú elegido por la anfitriona, mientras saboreaban variados licores.
Una vez terminada ésta, pasaron al salón contiguo, donde una orquesta les esperaba interpretando suaves melodías.
Sandra Sierra del   brazo de su orgulloso novio, abrió el baile danzando al compás de
un hermoso Vals de Straus y seguido a éste, distintas piezas musicales fueron animando a los invitados a unirse a ellos.
La velada continuó con gran animación hasta bien estrada la madrugada, momento en
que los invitados cortésmente se fueron retirando, agradeciendo la invitación a tan  lujoso acontecimiento.
Cuando algunos de los periodistas reunidos ya nos retirábamos hacia nuestros vehículos, un pequeño revuelo nos llamó la atención.
En la entrada principal, el Conde discutía acaloradamente con alguien.
Nuestra lógica curiosidad de periodistas, hizo que nos acercáramos con cierta precaución con el fin de oír el motivo de dicha discusión.
Un hombre con aspecto de cansado y la cabeza baja, relataba al Conde, como los trabajadores se negaban a empezar la jornada laboral en las horas siguientes, alegando que era injusto que veinte de sus compañeros fueran despedidos con la excusa de que el rendimiento de la fabrica había bajado y los beneficios no se dejaban ver.
Según exponían en un escrito que al parecer habían presentado no habían motivos para tal despido. La falta de personal y las condiciones en que tenía que realizar el trabajo, ( a destajo la mayoría de las veces ) suponía una injusticia con sus compañeros, además de que, sólo iban a conseguir con la reducción de la plantilla, que los que quedaban tuvieran que trabajar más horas extras muchos días, que nunca se pagaban en su momento.
El Conde, le escuchaba con gesto de cansancio y con un tono de voz que mostraba su
irritación, le insistía en que debía convencerlos, dejando muy claro que con éste fin se le había contratado como Director de Recursos Humanos. Según él, sus argumentos debían ser, que el coste de la vida había subido mucho y no existía otra opción.
El Director de Recursos Humanos si levantar la mirada, seguía insistiendo en que ya había argumentado esas razones en la reuniones y que a pesar de ello se negaban a  negociar.
El Señor Sierra, encolerizado y con palabras demasiado soeces, como para repetir aquí para nuestros lectores, hizo que éste comprendiera, que si la fabrica paraba su producción ese día él mismo sería uno más de los veinte trabajadores que en unos días, engrosarían las ya extensas listas del paro.
Éste, al oír sus amenazas se puso lívido, quizá pensando en cómo iba a explicar a los trabajadores  su situación. Preguntó al Conde si podía calmar los ánimos, prometiendo que en el caso de que se tuvieran que trabajar horas extras, éstas serían remuneradas todas en su momento.
Éste, con gesto de cansancio, afirmo que podía hacerlo pero dejando claro que se pagarían siempre y cuando la empresa tuviera beneficios. Diciendo esto se volvió hacia la casa y fue en ese momento cuando no divisó y con gesto contrariado se acercó a nosotros. Con una sonrisa forzada y la interrogación en los ojos nos preguntó :
- ¿ Están Uds. esperando algo ? ¿ Espero que durante la Fiesta hallan sido atendidos por mi personal correctamente?
Todos le contestamos que sí y deseando informarnos sobre el asunto que tanto le había alterado, preguntamos sobre los supuestos problemas que existían con el personal de Compañía Naviera.
Su rostro cambió tomando una actitud seria y altanera y con una fingida amabilidad, no muy seguro de lo que habíamos oído, nos hizo saber que sólo era un pequeño contratiempo que le había surgido, el cual ya tenía solucionado.
Nervioso y con gesto de amenaza disfrazada de recomendación, nos explicó sutilmente mientras nos acompañaba hasta la puerta de salida, que no debíamos publicar nada de lo que habíamos presenciado u oído, ya que no quería que a causa de un mal entendido, pudiera ponerse en tela de juicio su capacidad y profesionalidad como Director de tan importante Compañía Naviera. Esto, podía poner en peligro la confianza depositada en él por algunos inversores. Por otro lado, no quería tener ningún problema por falta de entendimiento con la Redacción de ningún periódico ni periodista, dando así por concluido el tema.
En definitiva dicho Sñor. nos instó muy disimuladamente con sus veladas amenazas, a que no informáramos sobre los problemas laborales de veinte personas que trabajaban para él.
Dicha advertencia no va con la que suscribe dicho articulo, así que Señores lectores juzguen Ustedes mismos. Yo seguiré intentando informarme e informales sobre la realidad que existe detrás de esos despidos.
Rosana Borjas

Al día siguiente, sorprendida aún por las veladas amenazas del Sr. Sierra, llegó a la oficina dispuesta a poner en conocimiento del Director del periódico todo el tema.
No estaba dispuesta a dejar que nadie le negara la libertad de expresión  e información que tantos esfuerzos había costado conseguir, máxime cuando el tema a tratar, era un asunto de interés social que afectaba a tantas familias.
Pero Andrés, no se encontraba en esos momentos en la redacción. Un viaje
inesperado le mantenía fuera de la ciudad e inlocalizable hasta el día siguiente. Ella
sabía que éste era un hombre integro y amante de la libertad de expresión, así que no
se lo pensó dos veces, ella misma dio la orden a los talleres para que el articulo
saliera publicado al día siguiente en la edición de la mañana.
Una vez hecho esto, continuó con su actividad normal hasta que llegó el momento de
marchar a casa.
Cuando llegó a la mañana siguiente a la redacción, unas horas más tarde de lo habitual, se desarrollo todo con tanta rapidez que le costó asimilar lo que estaba ocurriendo.
Lidia, la secretaria de Antonio, al verla, la miró como quien mira a un reo a punto de
Ser llevado al paredón, e inmediatamente avisó por el interfono a Antonio de que ella
había llegado. Éste con voz de impaciencia, contestó que le informara que quería verla
inmediatamente.
Al entrar en oficina, apenas tuvo tiempo de pronunciar un escueto ¡ Buenos días !
Andrés, con la cara desencajada, de pie detrás de la mesa con el periódico del día en las manos, la miraba encolerizado diciendo :
- Siempre fuiste una rebelde, atrevida e intrépida periodista, pero tu afán de llevar la noticia al limite de la veracidad, ha hecho que esta vez nos veamos en una situación bastante comprometida para el periódico.
El Sr. Conde me ha llamado encolerizado, exigiendo que el articulo que se ha publicado, - atendiendo a una orden expresamente tuya- , sea contestado con otro que le quite importancia al asunto de los supuestos problemas que se han desencadenado en su Compañía Naviera, tal como os pidió. De no ser así, ha dejado claro que se pondrá en contacto con algunos de los inversores más importantes que nos prestan su confianza, para que nos retiren sus apoyos. Como comprenderás Rosana, tenemos una plantilla lo suficientemente importante como no para arriesgarnos a que el Conde cumpla sus amenazas y nos veamos todos en la calle. Así que te ruego que escribas tú misma ese nuevo articulo para que salga en la edición de mañana mismo.
Rosana estaba sorprendida. ¡ Aquello era increíble ! Nunca había imaginado que Andrés se dejaría avasallar de esas maneras.
- Pero Andrés....
No pudo continuar, éste con la mirada baja continuó :
- Además, una de las primeras medidas que quiere que tomemos para que esto no vuelva a ocurrir, es que seas despedida inmediatamente...
Rosana encendida de indignación no daba crédito a lo que estaba oyendo. No podía
creerlo, Antonio no se atrevía ni a mirarla a la cara, lo cual quería decir que...
- Por supuesto le he dicho que eso no es posible ya que eres una estupenda periodista,
y le he convencido de que si te tomas unas pequeñas vacaciones, el estrés que produjo que entendiera la situación de una manera tan equivocada, desaparecería. Por esta razón, he ordenado – dijo cogiendo un sobre de la mesa que llevaba el logotipo sobre éste de una empresa de aviación conocida - que te saquen un billete de avión, con destino a Cancún. Son unas Islas preciosas donde disfrutarás de un merecido descanso.
Su indignación que aumentaba por momentos, era tanta que no podía articular palabra. Viendo a Andrés con aquel billete en la mano, sus ojos se llenaron de lágrimas, no tanto por el motivo por el cual le eran concedidas aquellas vacaciones, sino por la decepción que acababa de sufrir con Andrés. Le había creído un hombre integro y amante de la
libertad de expresión por encima de todo, y acababa de descubrir que se vendía al
mejor postor como tantos.
No quiso oí más. Se dio media vuelta y sin hacer caso de los gritos de Andrés - Rosana, Rosana, el billete - salió de la oficina y de  la redacción...
Una vez en la calle, dejó que el suave viento que soplaba refrescara su rostro, encendido a causa de tanta indignación.
Tomó un taxi y se dirigió a su apartamento. Una vez allí, casi mecánicamente preparó
las maletas y se tumbó sobre la cama. Fue entonces cuando con incredulidad fue
asimilando los acontecimientos que habían ocurrido. Las imágenes del Conde en su
jardín dejando entrever sus veladas amenazas, hizo que todo su cuerpo se rebelara y
una ráfaga de sentimientos de rabia se apoderó de ella...
¿ Qué se había creído aquel estúpido engreído ? ¿ Qué iba a hacer ahora ?
El sonido del teléfono la sacó de sus pensamientos...
- Dígame...
- Rosana, soy Lidia...
Lidia parecía nerviosa y violenta ante la situación...
- Dime Lidia ¿ Qué ocurre ?
- Rosana, hacía tu casa va un mensajero. Andrés me ha pedido que te avise que lleva
el billete de avión que te has dejado aquí, y que el vuelo sale mañana a primera hora...
- Pero... Está bien Lidia... ¡ Gracias ¡
- De nada...oye Rosana, dijo Lidia un tanto cortada, que...que tengas un buen viaje...
Rosana colgó enfurecida, pensando que toda la redacción sabría ya de su altercado
con Andrés a cuenta de aquel artículo, y las condiciones en las cuales se le había
concedido aquel periodo de vacaciones.
Necesitaba intercambiar impresiones sobre lo sucedido con alguien, ante la sensación
de que iba a explotar por la rapidez con que estaba ocurriendo todo. No conseguía
dejar su mente en blanco durante un momento para descansar y analizar detenidamente que iba a hacer. Pero, ¿ a quién llamar en esos momentos ?
Pensó en Juan Fernández . Hablaría con él e intentaría que pusiera un poco de luz a sus
ideas. Marcó el número de su oficina. Todavía estaría allí. Conociéndole como le
conocía, sabía que era de los últimos en marcharse de la redacción.
Marcó su teléfono y espero. Mientras recordó como le había conocido....
Fue en los años de Universidad, en las aulas de Periodismo. Juan siempre había sido una persona integra y fiel a sus principios como periodista y persona y fiel amigo de sus amigos. A pesar de que ambos trabajaban para distintos periódicos, y éste era el
Director del periódico El Pueblo, la amistad entre ambos se había mantenido y de vez en cuando quedaban para tomar unas copas.. Aunque sus trabajos provocaba que entre ellos existiera cierta competencia, ésta había sido siempre una competencia leal que no enturbiaba esa amistad. Juan, seguro que poseía toda la información que existía en cuanto a personajes de la Alta Sociedad. Su periódico El Pueblo, se había especializado en destapar de una manera ética, responsable y  veraz, cualquier tema relacionado con la explotación o abuso de los trabajadores, así como temas sociales que exigía un apoyo cotidiano de los medios de comunicación y personajes influyentes en la realidad política actual. Si alguien podía infórmala sobre las influencias reales del Conde Sierra y las
consecuencias de enfrentarse a él, este era Juan...
- Si...Dígame,
Rosana ensimismada en sus pensamientos, se había olvidado de que estaba al teléfono..
- Si... dígame...
 Hola Juan... soy Rosana... perdona, en la espera se me fue el santo al cielo...
- Rosana...¡ hola hormiguilla ! ¿ qué tal tu cosecha ?
Era la broma que le gastaba siempre. Juan decía que ella, era como una hormiguilla
que iba cogiendo datos de aquí y allá, para una vez reunida toda la información, tener una noticia bomba, que una vez lanzada, su eco durara todo un invierno...
- Rosana, ¿ sigues ahí ?
Envuelta en sus  pensamientos, se había olvidado de que él estaba al teléfono...
- Perdona Juan, si sigo aquí..
- Dime hormiguilla, ¿ qué te pasa ? Te noto un tanto rara ?
Su tono era de preocupación...
- ¡ Ah ! Nada, nada grave de momento Juan, sólo quería hablar contigo para cambiar
impresiones sobre una noticia que tengo entre manos...
- Rosana, ¿ tiene algo que ver con el articulo que ha publicado hoy tu periódico sobre el Conde Sierra  que va firmado por ti?
- ¿Como sabes que se trata de eso ?
- Te conozco, y conozco tu forma de pensar
e tipo y no es precisamente santo de mi devoción.
El tono preocupado y un tanto enfurecido de la pregunta hizo que Rosana intentara
quitarle importancia al asunto...
No Juan, sólo quería saber que opinabas de él. No te preocupes...
¿No me mientes?
No, desde luego seguro que no le ha gustado el artículo, pero.... es su problema.
A pesar de haberle llamado para desahogarse con él, la reacción de éste le impidió hacerlo. Además, no quería que supiera de momento lo que ocurría. Juan era periodista y ella aún trabajaba para su periódico, no debía sacar los trapos sucios sin estar segura de que era lo correcto en ese momento .
- Bueno si es así, hormiguilla, ya sabes mi opinión. ¿Querías algo más ? No quisiera
cortarte, pero tengo dentro de cinco minutos una reunión, a la cual me veo obligado a
asistir. Ésta durará alga más de una hora, si no te importa hablamos luego... ¿ De
acuerdo hormiguilla ?
- De acuerdo Juan, luego te llamó...
Cuando colgó, Rosana se quedó preocupada. Si el Conde tenía tanto poder, quizá ésta
era la razón por la cual Andrés se había prestado a las exigencia del Conde. Pero... ¿ Y
ella ? ¿ Qué iba a hacer ella ?
El timbre de la puerta la sacó de sus pensamientos. Abrió y se encontró con un
mensajero que le entregaba un sobre.
- ¿Rosana Borjas ?
- Si, soy yo...
- Esto es para Usted. Me firma el comprobante, ¡ por favor !
Después de firmar el comprobante y dar una propina al chaval, cerró la puerta y se
quedó mirando el sobre fijamente. Era la prueba de que lo que estaba ocurriendo, no
era una pesadilla de la cual se despertaría en unos momentos. Ya sabía lo que había en aquel sobre, aún así, lo abrió. Quería ver si Andrés había añadido alguna nota con el envío.
El sobre contenía un billete de avión, con destino a las Islas de Cancun. Junto al
billete, que era de primera clase, para el día siguiente a las nueve de la mañana. Había una reserva de habitación durante quince días, para el mejor Hotel de Cancun, Un Hotel de cinco estrellas, el cual, ni con el sueldo de un mes, podría ella pagarse la estancia de un mes en la Suit, que había sido reservada a su nombre.
Rosana enrojeció de indignación. ¡ Ahora lo comprendía todo ! Aquel viaje no podía
pagarlo la dirección del periódico. ¡ Aquello era demasiado dinero ¡¡ Lo pagaba el mismo Conde Sierra !
A los empleados del periódico, no se les pagaba la estancia en los Hoteles donde se
iban a alojar en sus vacaciones. Era el Conde quien quería comprar su silencio
mediante aquel viaje, callándole la boca con el lujo que aquel billete y la reserva del
Hotel representaba.
Necesitaba estar segura. Marcó el número del teléfono de la Agencia de viajes, donde
había sido hecha la reserva...
- Agencia Continental. Dígame ...
- Buenas tardes Sta. Quisiera información sobre una reserva hecha a nombre de Rosana Borjas, en el hotel Islamar de Cancun...
Lo siento no puedo darle esa información por teléfono a nadie. Tenga en cuenta que no sé quién es Ud. y tengo que cuidar la intimidad de nuestros clientes.
La entiendo pero no se preocupes soy Rosana Borgas, la persona para quien está reservado el billete. La reserva la hizo el Conde Sierra para mi esta mañana, par darme una sorpresa... dijo      empleando un tono mimoso y picarón, - con ésta actitud de complicidad con ella, esperaba terminar con  la negativa a darle la información - El caso es que yo también quería darle otra a él.... ¡ Por favor !
¿ le importaría decirme en que condiciones está hecha la reserva ? No quiero que nada pueda salir mal.
- Está bien, aunque no es lo normal, por ésta vez lo haré. Un momento por favor... Si, aquí está... Fue el mismo Conde quien nos pido que la reserva fuera hecha para un
periodo de quince días, con todos los gasto pagados, incluidos cualquier servicio extra que Uds. pudiera solicitar...
- Entiendo...
- ¿ Quería saber Ud. algo más ?
- No, gracias. Ya tengo toda la información que necesito..
- Bien, pues encantada.
-  Gracias de nuevo. Adios.
Cuando colgó, Rosana hervía de rabia e impotencia 
- Pero...pero... que se había... ¡ Su prepotencia era inaudita ¡ 
Se echó el abrigo sobre los hombro y salió a pasear un rato. Necesitaba tranquilizarse
y pensar detenidamente que iba a hacer. Después de darle vueltas una y otra vez al
tema mientras paseaba, tomó una decisión... ¡ No cogería aquel avión !
Cuando llegó a casa marcó el número de teléfono de Antonio. Este no se encontraba en
La oficina, tampoco en su casa, donde en su lugar saltó la voz metalica del  contestador. Le dejó un escueto mensaje donde le explicaba que al día siguiente le mandaría con un mensajero el billete de avión, con el fin de que se lo devolviera al Conde Sierra y le comunicara, que ella no se vendía.
Puesto que se lo habían dado a él, él se lo debía devolver. Luego le comunicó que con el billete, le llegaría su carta de dimisión. Dejaba su puesto de trabajo, adquiriendo con esto la libertad de prestar sus servicios desde ese momento a cualquier otro periódico que lo solicitara.
A continuación dado que habían pasado dos horas desde que habló la última vez con
él, marcó el número del móvil de Juan. Tenía pensado contarle toda la historia, y que
éste desde su periódico intentara desenmascarara a semejante personaje si lo deseaba y se enterara bien del conflito que mantenían los trabajadore de la fabrica de éste.
Se oyó la voz de Juan...
- Dígame...
- Juan...
¡-  Ah ! Eres tú, hormiguilla... Dime ¿ qué ocurre ? ¿ te llamó el Conde para felicitarte ?
Dijo con un tono de guasa y cierta ironía....
Le contó toda la historia y le dijo que actuara según su ética de profesional le dictara.
Juan se quedó unos segundos callado y cuando Rosana creía que se había cortado la comunicación oyó su voz.
- Rosana, ya he terminado la reunión. ¿ Tienes algo que hacer ahora ?
- No. Bueno... si..., un preparar curriculum para mandarlos mañana a las oficinas del INEN, seguro que buscan con desesperación periodista aventureros dijo intentando bromear...
- Está bien. ¿ Recuerdas el Pub donde nos encontrábamos cuando estudiábamos en
la Universidad ?
- El Haway Par. ¿ Aquél que pensábamos que iba a ser enorme la primera vez que fuimos y resultó ser una sala pequeña y acogedora ?
- Si, ese. Te espero allí dentro de una hora y media. ¿ Te parece bien ? Quisiera que
habláramos de este asunto detenidamente...
- Está bien Juan, allí estaré...
¡ Ah ! Y no te preocupes por el Conde Sierra. Te aseguro que intentaremos sacar toda la información que nos sea posible sobre el despido de esos trabajadores y la desfachatez y chantaje al que ha querido someterte semejante tipo. ¿ Me dejarás ?
- Por supuesto...
- Bien, pues allí no vemos. Por cierto Rosana, no te molestes en preparar Curriculum
para nadie. En la Reducción de El Pueblo, necesitamos hormiguilla como tú que sigan creyendo en la libertad de expresión y luchando por esta...
- Rosana dijo un : De acuerdo emocionado, apenas sin voz...
- Rosana...¿ Está ahí ? ¿ Te has quedado muda ?
- Si Juan, estoy aquí. Nos vemos en una hora y media...
- Hasta entonces pues...
- Hasta entonces....

Annia Mancheño














BALADA PARA ELISA

BALADA PARA ELISA


La introducir la llave en la cerradura del portal, ya pudo oír Mª Carmen las notas el repiquetear de las teclas del pequeño piano que tenía Elisa en casa.
Estaba claro que la música se llenaba en el alma habían ocasiones en la vida, en que las apariencias engañaban
El primer día que le enviaron a realizar aquel servicio de asistencia a domicilio y vio como era y vivía Lucia, pensó que sólo era una anciana que perdidos la mayorías de sus sentidos en la evidente demencia senil que sufría, no se daba cuenta de casi nada de lo que ocurría a su alrededor ni sentía ni tenia capacidad ya para recordar que había sido sus vida.
Vivía en un piso bajo donde si no fuera por las dos horas diarias que ella dedicaba a adecentar un poco cada dos días, - poco, ya que la falta de interés de Elisa por mantenerlo, su pocos recursos y la vejez de la propia casa no permitían que el aseo de la vivienda fuera muy evidente al no disponer además del tiempo necesario ya que el servicio incluía aseo personal, compra y comida que tenía que cocinar para los dos días- posiblemente a causa de su propia desidia Elisa hubiera enfermado.
Elisa era como si representara el Pilar que se encuentra ajado, sucio y perdido en una  sociedad, que no logra comprender. Esa era la imagen que se veía en la presentación primera, si no se ahondaba en su mundo interior que la asombró cuando sus ojos se cruzaron con los Verónica. Unos ojos que mostraban la belleza que los sentimientos allá en el baúl donde se guardan los recuerdos callaban su soledad.
Sin embargo, unos días después, mientras que ella se dedicaba a recoger un poco la casa, Elisa fue capaz de sacarlos a flote, sin decir nada, sin alardear de ellos, Unas notas musicales empezaron a llenar todos los rincones de aquel viejo hogar de la mano de un piano que con melodías variadas iluminó todas las estancias sorprendiéndola.
Dejó lo que estaba haciendo y se dirigió al Salón. Elisa delante del pequeño piano, que ella pensó que llevaba años mudo adornando aquel pobre Salón, parecía estar perdida en su propio mundo.
Mientras la observaba, oyó su voz que le decía: 
Escucha Verónica, es como una brisa que acaricia los oídos con el lamento de un alma enamorada del amor, como un llanto del que inunda ésta habitación – dijo de repente con tristeza en su voz.-.
Escucha, es La Violetera que esperaba en la esquina del piano, viene a empezar
sus cantos. Como ave presurosa canta con voz de rosa e inunda el corazón, dando paso en el mundo de la ilusión, a una comparsita que llora al amor que un alma añora desde un tango de Gardel.
Con los ojos perdidos en el recuerdo, empezó a tocar una nueva canción. Sus manos arrancaron al piano de nuevo las notas de Simoney que empezaron a desplegarse por el Salón.
Y fue entonces cuando Verónica oyó acompañar a las notas a una voz suave, gastada vieja pero que con timidez recobraba en su memoria tarde pasadas en  teatros con el Maestro Guerrero, Strauss, Betoven, Chopen...
Y mientras tanto, las notas de Morena Clara, dejaron atrás a las de Simoney el ambiente se impregnó de una nueva melodía entre entre pared y pared.
Elisa había sido, era un alma enamorada de la música y de la voz de un piano sobre el cual volando sus manos, sacaban al viento, llenando el momento, todo un mundo de ilusión. Y bajito y con reparo, le contaba con la voz vestida de emoción :
Verónica: “ El es como una voz, que me habla, me conoce y me consuela,. Si estoy triste, tristes sus notas vuelan, si estoy alegre, la alegría brilla en mi habitación, Cuando al atardecer  me siento y me pongo a tocar, de tranquilidad se llena todo lo que hay en mi hogar “
Verónica la abrazó y para disimular las lágrimas que estaban pugnando por salir a causa de la emoción del momento le dijo:
Tú sigue tocando Elisa, yo voy a seguir con lo que estaba haciendo. Es tarde.
Y se marchó a la cocina donde dio rienda suelta a aquellas lágrimas mientras de el Salón llegaban las notas de la composición: Balada para Elisa del Maestro ------
Una Balada que la propia Elisa interpretaba para llenar su momento de recuerdos del ayer, su propia Balada de vida.
Evidentemente, Elisa daba una imagen de mujer vieja y perdida en su inminente locura, al conocerla, pero sólo quien la conocía de verdad, era capaz de ver a la verdadera persona que existía en ella. Luego supo que Elisa había sido una excelente Pianista  y cantante en sus tiempo de juventud, donde dio numerosos conciertos en toda España


Annia Mancheño

ROMANCE PARA UNA DAMA


De aquesta manera empezó la historia de una dama,
enamórese del amor, éste su amor le entregaba.
Han de saber sus mercedes que halló en tan dulce empresa,
tanta paz que desde entonces De él anda presa.
El mesmo os contará disfrazado de romance como prendida a él
vive desde entonces cada instante.
Halla por tierras de España desposada se hallaba una dama,
pero el arca de sus amores, se quebró con mil dolores.
Quedó la dama agraviada por el duende del desamor,
Durante un tiempo siniestro en su morada se ocultó.
Un día de primavera asómese a su ventana,
la luna brillaba intensa, el reino se iluminaba.
Hasta su torre llegó los cantos que mecían al pueblo tras melodías de palabras sus pensamientos se fueron.
Estas fueron impregnado tranquilidad su alma,
mientras que su corazón volvía de nuevo a sus andanzas.

Librarme mi buena dama de este encierro tenebroso...
Dejad que vuelva al mundo arríeme así muy dichoso
·        Temo mi buen corazón que si salimos de mi cámara,
·        de nuevo os haré sufrir... volveré a sentirme acobardada.
·        Pero Señora.. Debéis saber que aquesta prisión mis latidos calla,
yo nací para vivir y vuestra tristeza me mata.

Volvió la dama a escuchar las dulces voces del pueblo,
Dejándose llevar por ella quiso abrazar nuevos sueños.
Salió de nuevo al mundo en busca de nuevas sensaciones,
Dejando en su morada encerrada el arca de los desamores.
Vistió su corazón de verde, sus ojos adornó con dos estrellas,
Sus labios engalanó con polvo de sonrisas nuevas.
Dijo a su corazón contento:

·        Vos seréis señor el culpable de mis anhelos, quiero de nuevo amar, porque sin amar me muero.
·        Yo señora solo quiero que al amanecer cada alba,
Penséis que las rosas de la vida a pesar de sus espinas todo su perfume os regala.

Marcharon ambos contentos, por el reino en pos de un sueño,
ahora viven olvidando el dolor que sufrieron sin merecerlo.
Vagan con rumbo definido por caminos de esperanzas,
concediéndose uno al otro, la felicidad que esperaban.
Aqueste romance termina como terminan los cuentos..

Erase un reino donde una dama, muy triste se encontraba...,
Allá por tierras de España, desposada se hallaba una dama..
Pero os suplico señores que no lloréis por ella, el arca de los amores... ¡¡ Hoy está lleno de estrellas !!

Annia Mancheño

Annia Mancheño

viernes, 24 de junio de 2011

MUY CERQUITA DE LA ORILLA... -MARGARRITA GOTTIER-

 MARGARITA GOTTIER.-
Muy cerquita de la orilla,
mi pensamiento, voló hacía ti...

DUENDE.-
Lo que voló, fue el calor, con el agua fresca, que sus pies rozó...

MARGARITA GOTTIER.-
Con miles de personas alrededor...


DUENDE.-
Es que agosto, ya llegó...


MARGARITA GOTTIER.-
Mi corazón sólo se sintió...

DUENDE:-
Pobrecito...¡Que dolor!

MARGARITA GOTTIER.-
Yo recordaba el instante...

DUENDE.-
En que un nuevo sueño...soñaste...

MARGARITA GOTTIER.-
En que tú, dijiste en silencio: ¡ Adiós!...

DUENDE.-
Hija que esto parece ya cuento...


MARGARITA GOTTIER.-
Se ahogaron mis pupilas...


DUENDE.-
Por estar tan a la orilla...


MARGARITA GOTTIER.-
Se ensombreció mi semblante...


DUENDE.-
Chica...¡Ya te quemaste?


MARGARITA GOTTIER.-
Lágrimas amargas fueron...


DUENDE.-
Mujer...¡Vaya desconsuelo!

MARGARITA GOTTIER.-
Las que mi alma vertió...


DUENDE.-
Y el mar, las recogió...


MARGARITA GOTTIER.-
Palomas negras cubrían...


DUENDE.-
Chiquilla.. ¿No serían las nubes que habían?

MARGARITA GOTTIER.-
El cielo de nuestro amor...


DUENDE.-
Ya lo decía yo...¡El cielo se encapotó!

MARGARITA GOTTIER.-
Hoy que te siento tan lejos...


DUENDE.-
Que intuitiva, sin ni siquiera le ve...¿Y le siente! Tal vez sea una brujilla...


MARGARITA GOTTIER.-
Allá sobre el horizonte...
diviso un negro velero...


DUENDE.-
No será más bien, un Barco pesquero...


MARGARITA GOTTIER.-
Que a mi vista sobrecoge...


DUENDE.-
Con nada se asusta la pobre...


MARGARITA GOTTIER.-
En él navegan sin rumbo,
Mis dolidos sentimientos...


DUENDE.-
¡Hala! Metáforas para el cuento...


MARGARITA GOTTIER.-
Llevan estos como compañeros...


DUENDE.-
Más personajes para el viaje...


MARGARITA GOTTIER.-
Un cargamento de lamentos...


DUENDE.-
¡Ay! Que ya no me gusta éste cuento...


MARGARITA GOTTIER.-
Cada uno va envuelto,
en la pregunta eterna...


DUENDE.-
¡Ya salió! La humanidad busca respuestas...




¡Por qué? ¿Por qué te fuiste?


DUENDE.-
Porque, que le querías..No se lo dijiste...


MARGARITA GOTTIER.-
Y hoy...¡No estas a mi vera!


DUENDE.-
Estará al lado, de otra que se lo dijera...


MARGARITA GOTTIER.-
Y aquí..hoy se desesperan...


DUENDE.-
Por no ser ella la primera...


MARGARITA GOTTIER.-
Todos los besos que me diste...


DUENDE.
Y él, diría aquí... ¿Y los besos que no recibí yo?


MARGARITA GOTTIER.-
A la sombra de una sombrilla...


DUENDE.-
Que si no, el Sol la pilla...


MARGARITA GOTTIER.-
Muy cerquita de la orilla...


DUENDE.-
De nuevo salió...¡ Fresquitos los pies sintió!


MARGARITA GOTTIER.-
Con la mirada perdida...
Las olas la confundían...


MARGARITA GOTTIER.-
Hoy te anhela mi corazón...


DUENDE.-
Pues búscate en ésta misma playa otro bombón, que éste voló...


MARGARITA GOTTIER.-
Que sin ti, se ahogó...

Annia Manheño

jueves, 23 de junio de 2011

LAS VACACIONES DE TRANQUILINA



Mujer de, de unos cincuenta años. Viuda y sin más ocupación que dedicarse a cuidar su hogar y los animales que posee. 
Tranquilina, está en su  pequeño pueblo llamado Villahondanada. 


DIONISIA.- 
Tranquilina.. ¡Buenas noches !

TRANQUILINA .-
¡Buenas noches…  Cuanto me alegro de que vengas a verme Dionisia…

DIONISIA.- 
¿Qué…Tranquilina, ? ¿Cómo te encuentra   hoy...

TRANQUILINA
Pos mu mal Demesia… mu mal, porque mira estoy mu cansa, sabe, mu cansa...y eso, que he estao de vacaciones ....

DIONISIA.- 
¿ Qué ha estado de vacaciones ? pero.. bueno, eso, es motivo para sentirse feliz mujer, ¿ Cómo es que se encuentra tan mal.. ?

TRANQUILINA .-
Veras... yo te lo explico enseguida... recuerda que la semana antepasa, yo te conté, porque mi Florencio.... bueno...el Florencio.... venía a cenar?

DIONISIA.- 
Si, si... claro... estabas emocionada.... porque el Florencio, es tan, atento....ya te imagino, sacaste  la matanza, y cenasteis hasta poneros las botas, y después de la cena... al día siguiente, ¿Te llevó de vacaciones? No llego a comprender, Aparte de esto, ¿es que te sentó tan mal la matanza que te dio... bueno...se te revolvió el estomago unos días....?

TRANQUILINA .-
No, no, Dionisia... no sigas que me parece que eres un poco mal pensá, y yo, soy mu honra, sabes .... mu honra...

DIONISIA.- 
Pues ¿entonces? dime Tranquilina, ¿ Qué te pasó ? ¿Te fuiste sola de vacaciones? ¿Te rompiste una pierna en el viaje, o es qué se estropeó el tren y te quedaste a mitad del camino?

TRANQUILINA .-
No, no, Si tú no iba mal encaminada.... mira... me fui con el Florencio...

DIONISIA.- 
Acabáramos... O sea... que yo no andaba lejos de la cuestión en si...

TRANQUILINA .-
Si... Pero no como piensa... Verá... Recuerdas que me habían hecho unos NILISIS...

DIONISIA.- 
Algo recuerdo, pero... no serían análisis...

TRANQUILINA .-
Pues eso... NALISIS.. Pues bien... Mientras cenábamos, el Florencio, me digo : Tranquilina, ya sabe Ud. a mandar si necesita algo... y, como al día siguiente, tenia que recoger los nalisis, y el  bulatorio está en el pueblo dal lado... porque aquí en Villahondaná, no tenemos bulatorio, como ya sabes asi que, tenemos que ir a Brazatuertos...

DIONISIA.- 
Villahondaná, Brazatuertos… desde luego, pero, Tranquilina, vaya nombres que les ponían nuestros antepasados a los pueblos…pero, si..dime…
 
TRANQUILINA .-
Mira Dionisia, que tú sabes que yo, soy muy curiosa y por eso, me he enteraó, por qué les pusieron esos nombres a los pueblos… Mira… que te lo voy a contá… el nombre de Villahondaná, se lo pusieron los bisabuelos, de los bisabuelos, de los bisabuelos del Carcajás, sabes, que le llaman así, porque siempre se está riendo... Pues como te decía, los bisabuelos esos que he dicho cuatro o cinco veces, hicieron la primera casa de Villahondaná. Escogieron un pequeño valle, que está rodeado por montañas tan altas, que la casa parecía que estaba en un hueco de tierra, hondo, hondo, por eso lo de Villahondaná...

DIONISIA.- 
Ya.... esos señores, seguro que buscaban, la tranquilidad de la naturaleza, e encontraron un paraíso perdido.. ¡ No.. !

TRANQUILINA .-
Qué paraíso perdido, ni que cabrales, Dionisia... lo que ocurre es que se escondían de los conejeros, que andaban detrás de ellos....

DIONISIA.- 
¿ Los conejeros, Tranquilina... ?

 TRANQUILINA .-
Si Dionisia… los conejeros… es que, la familia, se dedicaba a coger conejos en el campo, que después vendían, y a consecuencia de esto, se quedaron con el mote de Los Conejeros... Pues como te decía, huían de Los conejeros, que vivían en Brazatuertos, que por cierto...¿ sabes. por que le pusieron ese nombre ?

DIONISIA.- 
Pues no Tranqilina, pero seguro que es una historia emocionante y estoy convencida de que me la va a contar ¿ verdad ?

TRANQUILINA .-
Pues mira.... si quiere si... se llama Brazatuertos, porque los antepasados de los Conejeros, que fueron los primeros que se fueron a vivir allí, y como eran un poco cegatos, sabe , pues en una de las cacerías, le metieron una perdigoná en el ojo, al hijo de éste, y se le metió tanto, que se lo tuvieron que sacar claro… así que se quedó tuerto. Este, cuando ocurrió, al no ver, asustado, pensó que querían matarle, y se lió a disparar a diestra y siniestra, de tal manera, que fue a darle en el brazo al padre, al cual, se le quedó el brazo como un colaor, y, como son tan burros, sabes, pues se lo tuvieron que cortar, porque la gangrena esa, se le apoderó. Total que el hijo se quedó tuerto y el padre manco... por eso desde entonces llaman al pueblo Brazatuertos...

DIONISIA.- 
Tranqulina... respira, mujer, respira, que a ti, no te está disparando nadie...

TRANQUILINA .-
Mira Dionisia… es que estas cosas, le ponen a una los pelos enrizaos...

DIONISIA.- 
Bueno, bueno, pero, dime... me dejas con la intriga, ¿De qué huían los familiares del Carcajás ?

TRANQUILINA .-
¡ Ah, es verdad ! que tu no sabes ná....que has estao mucho tiempo fuera… por las fardas Dionisia... por las fardas...

DIONISIA.- 
¿Por las faldas Tranquilina? Seguro que por algún amor de esos imposibles, donde la familia, no querían que se juntarán... ¿ No ?..

TRANQUILINA .-
Que va Dionisia... al revés... Los Conejeros, tenían una moza mu poco agracia sabes... pero claro... como en el pueblo, habían pocas mozas, pues... el Tomasín, que era un poco un bala perdida,... ya sabes.... que le gustaban más las conejas que cazar conejos con su padre...

DIONISIA.- 
Entiendo ... El Tomasín se enamoró de la moza...

TRANQUILINA .-
Que no, Dionisia, que no... la moza se enamoró del Tomasín y un día, se lo llevó a la era... y, ya sabes  lo que pasa en las eras...

DIONISIA.- 
Si, si... a la luz de la luna, entre verdes matorrales...

TRANQUILINA .-
Quita, quita, Dionisia... Pero que romántica eres....No señora, no había luna, lo que había era una tormenta, y... como la moza tenía frío, el Tomasín quiso resguardarla de éste y claro...

DIONISIA.- 
Claro, claro... la resguardó con todas las consecuencias... ¡ no ?

TRANQUILINA .-
 No Dionisia, consecuencias, consecuencias…. sólo hubo una... pero que consecuencia... a los nueve meses, la moza tuvo un Tomasito...

DIONISIA.- 
Ya... Y los padres de ella, quisieron matar al Tomas...

  TRANQUILINA .-
Que no, Dionisia, que no... no das  una... Los padres, lo que querían era que el Tomas, se casara con la moza... menudo chollo... ellos ya la veían dedicada a vestir santos, sabes y claro, vieron el cielo abierto con el Tomas y el Tomasito.... Pero, el Tomas no hacía más que repetir que el era muy joven, y que además, el no había hecho na, para que la moza tuviera al mocito...

DIONISIA.- 
Bueno... desde luego, tanto tiempo viviendo aquí y yo sin enterarme…vaya, historia se montan aquí en nuestro  pueblo Tranquilina Entonces... fue cuando huyo el Tomas ¿ no ?

TRANQUILINA .-
Entonces, entonces... Los padres de la moza, los conejeros, decían que si no le daba una satisfacción a su hija en la Iglesia, le iban a colgar en el corral como a los conejos...

DIONISIA.- 
Y ¿ qué hizo el Tomas ?

TRANQUILINA .-
Pues eso, que cogieron todos los bártulos, y se marcharon a hacer una casa en las montañas, por eso nació Villahondaná... Como era invierno, y con la nieve no pudieron pasar, los conejeros, convencieron a la moza, para que se casara con el cabrero del pueblo, que era quince años más mayor que ella, pero al fin y al cabo, era un marió...

  DIONISIA.- 
Claro, claro... una historia muy española, realmente... pero a todo esto, Tranquilina, tu no me ibas a contar que te pasó con las vacaciones...

TRANQUILINA .-
Es verdad Dionisia... es que ya sabes… COMO TÓ ME PASA A MI,  pos mira… Como te decía hace un rato, el Florencio, me acompañó a recoger los nalisis, y la Doctora, que dicho sea de paso, es una suplente y no tenía ni pijotera idea de que mi difunto  esposo murió el año pasado,  me dijo : Tranquilina, tiene Ud. un poco de anemia, y mirando al Florencio añadió : lo mejor que puede Ud. hacer, es coger a su esposa y llevarla unos días de vacaciones, que descanse y coma en condiciones...

DIONISIA.- 
Pero... Tranquilina... ¿ Su esposo ? Me imagino la cara que pusiste....

  TRANQUILINA .-
¿ Qué puse ? No Dionisia… Que se me puso... porque yo sentí como se me subía toda la sangre a la cara... y ya no sabía a dónde mirar...

DIONISIA.- 
Y el Florencio ¿ qué hacía ?...

TRANQUILINA .-
El.... él me miraba con ojos de cordero degollao, que decimos en mi tierra

DIONISIA.- 
Seguro que estaba emocionado...

TRANQULINA .-
Emocionado... por lo que me dijo después, lo que estaba es un poco encendio Dionisia, encendio....

DIONISIA.-
Pero Tranquilina, no te altere mujer y cuénteme... ¿ Qué pasó ?...

TRANQULINA .-
Pues eso.... que el encendio, se le subió a la cabeza y me pidió que me fuera con él, a pasar unos días de vacaciones. ¿ ¿Te imaginas. ? Con lo honra que es una y enseguida ¡ hala a tomarse confianzas... si es que una ya no se pue fiar de na Dionisia....

DIONISIA.-
Vamos Tranquilina, que no hay que tomarse las cosas así.... si esta claro, por lo que me has contado, que el Florencio está coladito por ti....

TRANQULINA .-
Quita, quita, mujer de Dios... que una ya no está pa esas cosas...

  DIONISIA.-
Pero bueno... entonces, no lo entiendo. ¿ Te fuiste o no te fuiste con el Florencio de vacaciones ?

TRANQULINA .-
Si Dionisia, me fui con el Florencio y con su hermana la Gertrudis, pa que naide pudiera decir na y sobre to, para que no estuviéramos sólo, por si al Florencio se le volvía a encender too sabe...


DIONISIA.-
Acabáramos... es decir... que os fuisteis los tres en compañía....

TRANQULINA .-
Si Dionisia. Mira, la Gretrudis, tiene una casa en Tourdeviejas...

DIONISIA.-
¿ Tour de qué ? Tranquilina...

TRANQUILINA .- 
Tourdeviejas Dionisia. Cuando me lo dijo, yo, me acordé de eso que hacen en la tele que se llama Tour de Francia, y como a ese Tour de Francia solo van hombres en bicicletas sabes…pues yo pensé... Seguro que en ese Tourdeviejas, solo hay viejecitas, así que no habrá mucho jaleo... y como yo nunca he salido de mi pueblo, pues me dije..., lo mejor es ir a un sitio donde la gente sea tranquila... y ya sabes  que los viejos son tranquilos, porque a los pobres ya no les queda fuerzas pa na...

DIONISIA.-
Pero Tranquilina, ¿ No sería Torreviejas ?

TRANQUILINA .- 
Bueno... pues algo así... el caso es, que al día siguiente, cogimos la cabra del Florencio, y nos fuimos...

DIONISIA.-
La cabra del Florencio, Pero ¿También os llevasteis la cabra ?

TRANQUILINA .- 
No Dinisia… no somos tan burros.... la cabra del Florencio, es un coche que se llama Dian o algo así, pero, como bota como una pelota, y el Florencio la lleva por tos los montes, lo llama, cabra...

DIONISIA.-
Es decir : que os fuisteis, la cabra el Florencio, la Gretrudis y tú....

TRANQUILINA .- 
Pues si... pero mira, yo, estoy mu mala ... con los botes de la cabra, llegue a Tourdeviejas...

DIONISIA.-
Torrevieja, Tranquilina, Torreviejas...

TRANQUILINA .- 
Pues eso, a ese sitio... pues cuando llegamos, yo esperaba encontrar gente mayor y un sitio mu tranquilo, sabes  y pensaba... seguro que ahora se me quita el mareo....pero... quita... quita... no sabes, como estaba ese pueblo... yo, que nunca había salió de mi Villahondaná, donde solo somos treinta y dos familias, cuando vi a tanta gente, me entró el pánico y me puse más mala todavía...

DIONISIA.-
Pero Tranquilina, si Torrevieja es muy bonito, y con esas playas...

TRANQUILINA .- 
Si Dionisia, si yo no digo que To-rre-vi-e-ja no sea bonito, pero ¿ Las playas ? Pero si no se veían por ninguna parte. Cuando bajamos después de ponernos el bañador, yo creí que me daba algo sabes….  

DIONISIA.-
Ya comprendo... La inmensidad del mar, que tenia delante, te impresionó...

TRANQUILINA .- 
¿ El mar... ? No Dionisia, lo que me sorprendió, es que para llegar a la orilla a mojarme un poco los pies, tuvimos que ir dando saltos, por encima de la gente que había allí tumba, y mira Dionisia…, coloraós como los tomates que yo crío en mi huerto... No sabia yo que las personas necesitaran también tanto sol para madurar...

DIONISIA.-
Pero Tranquilina... eso, es ponerse morenos...


TRANQUILINA .- 
Morenos… pero Dionisia…, si lo que parecían era, cangrejos de río... Claro, que es que, TODO ME PASA A MI, porque mire, en uno de esos saltos, al levantar la pierna, perdí el equilibrio y fui a cogerme de uno de esos paraguas que ponen, que por cierto... aquello, parecía un mercadillo de paraguas...

DIONISIA.-
Sombrillas, Tranquilina, Sombrillas...

TRANQUILINA .- 
Bueno, pues sombrillas... pues, me fui a coger a una sombrilla, y claro como estaba mal colocá , pues se cayó, con lo cual, yo fui detrás, con tan mala pata, que al caer todo lo larga que soy, y estar los paraguas tan juntos, se cayeron dos mas y la gente chillando obscenidades... el Florencio, por intentar cogerme a mi, fue a caerse sobre una moza, que tenia las mamellas al aire...

DIONISIA.-
Vaya, vaya, menudo número, montasteis....

TRANQUILINA .- 
Es que Dionisia... la moza se puso a chillar, el Florencio, rojo como la grana, la Gertrudis pidiendo socorro, y encima, una de las varillas de el paraguas, se me metió en un ojo, y no sabes  el morao que se me hizo… mira, mira lo que aún tengo...

DIONISIA.-
Pero... ¿ llegasteis  a la playa ?

TRANQUILINA .- 
No... vinieron unos mozos, que decían que eran de la cruz roja, nos llevaron a una caseta y allí, me lavaron el ojo. Después, nos fuimos a casa...

DIONISIA.-
Pero, entonces... ¿ no os bañasteis ? 

TRANQUILINA .- 
No, ese día, no... porque yo estaba mu mala y la Gretrudis, me dijo : Vamos mujer, que esto es normal... vamos a comer, y mañana volvemos... así que nos fuimos a comer a un sitio que decía : Bufe libre... Cuando lo leí, le dije al Florencio, Pero, bueno, ¿ es qué aquí hay que pedir permiso para bufar ? En mi pueblo, cuando queremos bufar, no tenemos que pedirle permiso a nadie...

DIONISIA.-
Tranquilina, sería, Buffe Libre, es decir, un restaurante donde se puede comer, todo lo que uno quiera por el mismo precio...

TRANQUILINA .- 
Ya, ya, si ya lo vi... No sabes  como comía la gente....Si mi difunto esposo hubiera estado allí... con lo que le gustaba a él comer...

DIONISIA.-
Y tú. ¿Comiste mucho?

TRANQUILINA .- 
Claro... Yo cuando vi tanta comida, no sabia, que ponerme más en los platos. El Florencio y la Gretrudis, me decían  : Tranquilina, tranquila, que nadie se lo va a quitar...

DIONISIA.-
Pero... ¿ tanto te pusiste ?

TRANQUILINA .- 
Pues claro... yo pensaba, pa luego...pa mañana... pa la noche... y calculaba cuánto me cabria en el bolso que llevaba...

DIONISIA.-
Pero Tranquilina, ¿ si en esos sitios no se puede sacar comida... ?
 

TRANQUILINA .- 
Ya, ya, si ya me enteré al final...Menuda bronca me echaron unos Señores con delantal y gorro blanco...Pero mira Dionisia, si te parece bien, se lo cuento otro día ¿ vale ‘ Es que va a venir el Florencio y la Gertrudis, sabes… porque tenemos que ir a hablar con el párroco, que nos ha mandao recado pa que vayamos a verle...

DIONISIA.-
¿ EL párroco... ? Tranquilina, ¿no será que te  vas  a casar ?

TRANQUILINA .- 
Pero, Dionisia... tú, tienes una imaginación mu grande, porque mira que piensas ¡ eh ! Que solo vamos a hablar con él...

DIONISIA.-
Bueno, bueno, pues ya me contaras que te dice el párroco y el resto de las vacaciones...

TRANQUILINA .- 
Ya te lo contare, pero...ahora tengo que dejarte, que es que me tengo que aviar un poco, no sabe...


DIONISIA.-
Claro, claro, Tranquilina... ponte guapa.. vendré otro día..

TRANQUILINA .- 
Buenas noches  Dionisia…

DIONISIA.-
Buenas noches Tranquilina... En fin.. tendre que esperar a otro día, para enterarme de que te paso en esas vacaciones tan movidas....

Annia Mancheño