lunes, 29 de agosto de 2011

¡SON TANTAS PALABRAS!


¡Son tantas palabras las que aprisiona el alma!
Quisieras decirlas... ansías expresarlas... pero son tus miedos cadenas forjadas que impiden el vuelo de sus alas tronchadas.
Te sientes pequeña, tímida y avergonzada y no sabes niña que estás tienen su propia alma.
No saben de reglas, acondicionamientos, perfección bordada; tan sólo de sentimientos descanso y alegría y vuelan sin miedo por el papel que guía su camino envuelto en dulces o amargos momentos.
Escribe y no pienses que escribir no sabes, que flores de colores, de letras disfrazadas, dibujaran sobre el folio miles de vocablos hermosos.
Olvida el... ¡Quizá! Las faltas...la inseguridad... y da a tu mente libertad para hablar.
Si alguien no entiende... no lo quiere valorar... será su problema y triste es la pena, pues no sabrá la belleza que posee tu corazón, entre letras encontrar.
Toma entre tus manos la tinta del verso; enreda en tus dedos todos tus anhelos y deja que la pluma la mueva el viento que arrulla tu alma llenando su cuerpo de miles de sentimientos.
No temas si salen estrofas imperfectas según las medidas de aquellos que las normas crean, perfecto es el tiempo que emplees en ello, como perfecta es la luz que mueve tus deseos. Y deja que estos aporten a su voz toda la ternura que te aporta el amor. 

Annia Mancheño


MUCHO MÁS QUE UN SUEÑO




Mucho más que un sueño que inundan tu alma,
son los sentimientos que pueblan tu vida,
disfruta y no calles... ¡Grita tu alegría!
Y deja que el tiempo llene de momentos,
de paz y contento tu nueva andadura,
dejando atrás aquellas noches frías.

Mereces tener tanta... ¡Tanta dicha!
Amaste y sufriste y pasó la vida,
pero nunca es tarde si el amor te mira.
¡Hay tanto que entregar encerrado en tu corazón!
¡Tú, puedes regalar tanto, tanto amor!
¡Posees tan frescas las sonrisas limpias...¡
¡La ternura que enciende tus palabras dichas...¡

Sensible y dulce como un alma niña...
Fuerte y encontrada la mujer perdida...
Reponiendo fuerzas tu corazón marcha,
envuelta en los brazos de alguien que te ama.
No temas que el tiempo rompa
los momentos y disfruta el día,
¡ Que le día es cierto!

No tejas en tu mente telarañas negras,
no piense.. ¿ Y mañana?
 Que el hoy te espera.
Deja que tus brazos envuelvan el tesoro
y tus labios cantes himnos con su rostro.
Vuela niña, vuela, abre bien tus alas
y lleva en tu pico una rosa blanca.
Cuando llegue a tierras donde el amor te llama,
desciende y deja que arrope tu alma.

La vida es breve.
Breve es el sentimiento,
 como breve es el perfuma que emana esa flor
que debes aspira y darle a tu amor.
Pétalos de seda, espinas que arañan,
belleza, tristeza, dolor y esperanzas...
¡Así es la vida!

Tu vida que en marcha,
hacía nuevas metas con ilusión se lanza.
Con nuevos impulsos, sin mirar atrás,
viaja a su universo y juntos los dos,
crear un mundo perfecto a vuestro alrededor
donde seáis felices diciéndole a la soledad...

¡ Adiós!

Annia Mancheño 

EL RETRATO

Era una tarde de Otoño, desde la ventana se divisaba el pequeño parque desde donde los árboles con sus hojas doradas, contemplaban los juegos de los niños que alegres jugueteaban de un lado para otro.
Sus rostros reflejaban todas las emociones que la niñez con su falta del sentido del disimulo, dejaban salir al exterior sin preocuparse de quien o quienes les estaban observando. Sus risa no eran forzadas, sus lágrimas ante cualquier contratiempo no se escondían, sus enfados no se disimulaban. Todavía vivían en un mundo donde cada cual se mostraba como era, sin miedos, sin convencionalismos, sin caretas.
Y se acordó del encargo que a él le habían echo.
Se encontraba sentado delante de su caballete. Los pinceles estaban preparados, el lienzo tensado, los colores en la paleta, la modelo sentada sobre una silla que había  puesto delante de un gran espejo, donde se reflejaba su rostro con claridad.
Todo estaba preparado. Sus manos se dirigían hacia los pinceles. Tenia que empezar aquel retrato.
Se acordó de lo que todos, incluso él mismo, querían ver en aquel rostro. Luces brillantes entre pinceladas de colores claros y luminosos.
Soñaba con dejar sobre el lienzo un rostro lleno de luz. El encargo había sido preciso. Querían un retrato  que mediante pinceladas de colores dejaran ver sobre este, el color de la alegría, la esperanza , la humanidad, la bondad, el empuje , el amor, la felicidad...Todos los brillantes rayos que se desean encontrar  en cada rostro.
Sin embargo el sabía que no podía reflejar sobre el lienzo sólo los destellos más hermosos.
Cuando miraba aquel rostro reflejado en el espejo, veía otros colores no tan luminosos, pero que estaban hay y no podía disfrazar la realidad. Se veía entre sombras el color de la tristeza; el miedo; la desilusion; el desanimo; el dolor, el desaliento; la incomprensión; el cansancio; la preocupación...Todos los colores estaban mezclados unos con otros. Si quitaba estos últimos el retrato quedaría incompleto, sólo sería una caricatura de la realidad.
Si cogía sólo los colores claros y luminosos, seria bonito, pues mirar aquel retrato, sería como  contemplar la ternura del rostro de Campanillas, la ingenuidad de Piter Pan, la valentía a pesar de su timidez de Alicia en el País de las Maravillas, el apoyo del Mago de Hoz, infundiendo con éste, el valor al León, la inteligencia al Espantapájaros, Los sentimientos al Hombre de Hojalata.... Sería como estar contemplando siempre rostros de bellas princesas y príncipes, adentrándose en cuentos con finales felices, sin que nada pusiera enturbiar la vista.
Pero cuando miraba aquel rostro no dejaba de ver también al Pinocho que en ocasiones mentía; el miedo de la bella durmiente ante los celos de su madrastra; el cansancio de Hassen y Greteen perdidos en el bosque; las idas y venidas del Gato con Botas para conseguir lo que su amo que era todo lo que tenia, necesitaba.
Todos los cuentos tienen pinceladas de alegría y tristezas; de bondad y de odio, de mentiras y verdad.
A pesar de esto en el desarrollo del relato se podían vivir distintas sensaciones y disfrutar de éste. Además en el enfrentamiento  entre unos personajes y otros, siempre sobresalen los mejores, es decir los colores mas luminosos.
Cogió los pinceles y se dispuso a pintar. Pero esta vez pintaría lo que él veía en el rostro de la modelo. Estaba cansado de pintar los rostros según deseaban en cada momento en la galería de arte, con el deseo de que nadie se molestara y en ocasiones el temor de que los colores más apagados pudieran herir a quienes no entendieran la pintura. Pintaría aquel rostro según él lo fuera viendo día a día, con las luces y las sombras, con colores luminosos y apagados.
Había pintado durante demasiado tiempo, aún si darse cuenta, algunos cuadros en los que sus pinceles se habían dejado llevar por la mirada de los otros y no la suya.
Si no se vendía en aquella galería de arte, seguro que en alguna otra, habría alguien que sabría valorar aquel retrato con todos sus colores. Hasta que llegará ese momento, se montaría su propia galería.
Cada pincelada de su cuadro sería del color que en ese momento su rostro viera reflejado en el interior del rostro de su modelo. Cada pincelada sería un reto para la siguiente. Seria un retrato que intentaría mostrar el día a día de la modelo y de su creador. Sería su obra. Una obra que debía ir elaborando paso a paso, siempre desde la realidad.
Cogió los pinceles en sus manos y se dispuso a empezar su cuadro. Miró aquel rostro y los untos con los colores, blancos, marrones, negros y verdes. Eran los colores que se veían en ese momento en éste. Había en ellos una mezcla de paz, cansancio, miedo y esperanzas.
Dejo caer los pinceles sobre el lienzo y se dejo llevar por la sensación de que sus manos volaban sobre éste.
Y empezaron a vislumbrase sobre el lienzo unos ojos que le miraba entre agradecidos y asustados. Le sorprendió lo que vio en ellos, pero enseguida se dio cuenta del motivo de su sorpresa. Allí estaban aquellos ojos mirándole.
Comprendió que podría en cualquier momento en que su decisión no le gustara, cambiar la sonrisa, incluso cambiar el rostro completo si era necesario, pero jamás podría lo que dijeran los ojos. En estos no se vería lo que él quería pintar, sino lo que dentro de estos existiera. Siempre se vería lo que realmente había en cada retrato. Todo se podía disfrazar, menos la mirada. Esta siempre diría la verdad del interior de los seres humanos.

Annia Mancheño

DESNUDANDO SU ALMA




Como cada semana se sentó en delante de Paloma después de saludarla con un cariñoso beso.
Había llegado con el tiempo suficiente a la consulta, como para antes de entrar poder tranquilizarse un poco después del agobiante recorrido en Metro que a esas horas, siempre iba repleto de personas de estación en estación.
Y por fin allí estaban las dos. Paloma en frente de ella, en silencio, analizado sus sentimientos mientras que transcurría el tiempo. Su tiempo, el tiempo de ella, el  tiempo de ambas. Sesenta minutos del trabajo de Paloma y sesenta minutos de sentimientos y verdades que su corazón callaron durante muchos años.
Paloma en frente de ella y silencio, escuchaba y hacía salir, a la mujer que vivía en ella, las lágrimas que producían su dolor al recordar, la emoción que transmitía el hablar de su antiguo amor.
Desnudaba sus miedos, sus alegrías, sus momentos de melancolía, sus ansias de gritar. Calladas, controladas, brotaban en esa intimidad.
 ¡Su intimidad. ¡ Ya no era sólo suya !. Ahora era de las dos., Un paso más en el trabajo de Paloma, y un descubrimiento más en sobre ella misma.
Paloma sólo escuchaba, a veces hablaba, pero escuchar eras lo que más iba rasgando  los velos de sus silencios en el camino de la verdad. Sólo escuchaba y sin embargo, con su mirada no podía callar: ¡Sigue, Laura, ahonda, cuélate dentro, deja que el tiempo vuelva atrás, deja que surjan los sentimientos y hasta el presente puedan llegar!
Siempre estaba en frente y en silencio. Pero un silencio lleno de apoyos, una mirada que era mucho más..., eras la otra mujer a quien le hablaba ella. Era como su espejo, su voz callada, ese camino para encontrar dentro de ella a costa del tiempo a aquella mujer que quien existía dentro de ella y quería encontrar la paz.
Paloma, eras la mano que le daba la vida, con la cultura en su           ordenador personal, lleno de datos para apagar,           insatisfacciones en el caminar.
Y lo hacía la mayoría del tiempo en silenció, contando el         tiempo, comunicando aún sin hablar..., al nivel del alma, de   los sentimientos..., a pesar del tiempo y su profesionalidad.
Era  su trabajo, era la receta para ella. ¿ Era su inquietud ?. ¡            Era mucho más ¡. Era su alma que en su camino y el de ella,         con sus conocimientos y las ansias de ella de encontrar la       verdad y la paz, conseguían que siguiera por su sendero dando pasos hasta el final.  

                                                                                     Dedicado a Paloma Hernandez
Annia Mancheño

jueves, 25 de agosto de 2011

¿QUIÉN ME PRESTA UNA ESCALERA?

Maira se encontraba sentada en una pequeña terraza,  frente al mar, casi acariciando las olas, que llegaba a la orilla, envueltas en rizos de color  nieve. Rodeada por la tranquilidad que reinaba en la playa. Eran las doce de la noche.
Se encontraba pasando unos días de vacaciones en aquel lugar.  El hecho de que al día siguiente fuera laborable, ocasionaba que, apenas hubiera muchas personas paseando por esta,  en ese momento.
El mar, estaba tranquilo. Vestido de azul verdoso, con el negro sobre la línea del horizonte y con una reflejos de plata que aportaba a éste la luz de la  Luna, en algunas zonas, invitaba a dejarse llevar por, miles de sensaciones que iban poblando los sentimientos, al contemplar a lo lejos, algún que otro barco y barquichuelas, que navegaban al compás de las olas.  
El ambiente, inevitablemente, invitaba a volver  a los recuerdos, que quisiera o no, se aposentaban en la mente, cuando se paraba el reloj del tiempo de la actividad desenfrenada, en el transcurrir diario.
A pesar de que, se quisiera desconectar un poco del mundo, no siempre sereno, de la rutina cotidiana,  en esos momentos en que se encuentraba feliz, rodeada del cariño y amor  de aquellos que la querían  y compartían  esa felicidad, no pudo evitarlo, acordase  de otros que por circunstancias, no siempre buscadas, no la tenían.
Esto, la hacia valorar, si cabe más, esos pequeños momentos que se viven  y hay que aprender a disfrutar.
Si embargo, con esa soledad buscada; durante ese cruce de sentimientos, ante la inmensidad del mar, que contemplaba, no pudo evitar que, el barco de sus recuerdos,  volviera por un instante, al puerto de las palabras. Esas que, unos días antes, con el fondo musical de una Saeta, había escuchado a una de sus amigas, envueltas en el amargo sabor de la soledad.
Por unos instantes, hubiera querido coger aquella escalera que nombraba la canción, para subir al madero, como decía en esta; desenclavar, los clavos de los silencios dolorosos de su amiga que,  crucificada su sensibilidad ante la vida,  cansada y perdida en la entrega, no valorada, con las manos ensangrentadas, por la agonía del desamor, puso a su corazón voz. Como ponía la Saeta, el canto, sobre el aire; envueltos en llantos, que pedían  cada año, al renacer la Primavera, que los caminos sin salida, lleguen por fin al último peldaño, para bajar de la cruz, al Dios de la plenitud, la justicia y la fe, de aquellos que, del poder divino esperan, que llegue poniendo luz, sobre su camino.  Al igual que, pide el Andaluz, con ese canto, que esa cruz, no sea el símbolo de lo perdido, por el pueblo herido, sino la evidencia de lo recorrido, sobre el mar de lo sentido, en rumbo constante, hacía nuevos destinos.
Evidentemente, a lo largo de la vida, todos o casi todos,  llevamos una cruz. Todos, arrastramos en algún momento, ese madero, en algún tiempo de nuestro discurrir hacia la cima del monte de la vida, después de llorar, lágrimas de amargura, en el huerto de los olvidos, ante la evidencia de las vivencias.
Todos, vivimos instantes, en que nos perdemos en, callejones sin salidas. Pero la vida es sabia y siempre germina la semilla que, hace crecer la esperanza, aunque no siempre su rostro vista de calma y no llegue  a nuestros oídos, sus palabras y a nuestro corazón,  el perfume que preside a la grandiosidad de sus pétalos abiertos, dirigidos al sol de las alegrías y en la desesperación del momento, nos ahoguemos en el mar de los chantajes a ésta, que las olas de la vida pone sobre la playa de nuestros sentimientos.
Y así es.  Como dice la Saeta: ¨¡Quién me presta una escalera para subir al madero, para quitarle los clavos a Jesús el Nazareno?¨
Como el grito del canto de los gitanos, de ese Nazareno, al que Machado presto su voz, surge desde nuestro corazón el desencanto, apenas sin percatarnos, de la fuerza de esas palabras. Por que, todos en algún instante de nuestra vida, necesitamos a alguien, que nos preste esa escalera, formada por peldaños de solidaridad humana y nos ayude a subir por ella, cuando nos encontramos crucificados, en algún paso de la vida; coronados por las espinas del desaliento y el cansancio, como Nazarenos, incomprendidos y asustados ante el olvido del Padre de la vida, que parece haber cerrado sus ojos a nuestro sufrimiento.
Sin embargo, también, como la voz de la saeta, nuestra voz, debe alzarse, desenclavando con ello, los clavos de los miedos.
Que no puede el amor ser infierno; ni crucificar, sobre maderos de silencios, de entrega sin límites, el egoísmo de los demás, ante sus propias soledades, anulando la libertad del compañero.
Desde lo alto de la cruz; desde el cenit de los sentimientos; desde el punto del firmamento, aposentados sobre el planeta de la tristeza, desde esa estrella fugaz, donde habita la soledad más cruel, la soledad en compañía muda; debemos volver a bajar; debemos volver a cantar alzando la voz, sin miedos; a pesar de que en el mundo, existen muchos  que a la cruz nos quieran hacer subir, a aquellos que el desamor , disfrazado de amor entregan, elevándonos sobre el madero de sus manos, apuñalando nuestros  costado, para que la sangre brote desde las venas del  dolor y el miedo.
Pero deben saber que, desde arriba, cuando se contempla el firmamento: a pasar de las dudas del desconcierto, siempre llega el día en que, como ave Fénix, se vuelve  a alzar el vuelo. Que la muerte del alma, no es muerte, cuando sólo es un paso por el silencio de los desconsuelos y después de las lágrimas de la perdida en vida de aquello que amábamos; se, resucita de nuevo  a la vida.
Y como dice el cantar, con notas de positividad; el crucificado, libre ya, gritará a los que ataran las cadenas de su andar:
 ¨ No eres tú mi cantar. No quiero cantar ni puedo a ese Jesús del madero, sino al que anduvo por la mar ¨
Y con la mar de frente; cerrando el instante de los recuerdos, Maira mando sus pensamientos, envueltos en la brisa  que llegaba desde el tranquilo horizonte que contemplaba, sus más sinceros deseos para su amiga, para que estos, siguieran navegando por el mar de las palabras, desde la distancia. Para que, su barco de sentimientos, cargado a veces con tristezas y otras con esperanzas, surcara las aguas de sus desvelos, y durante la pesca de sus anhelos en un mañana, el alimento de estos, con sus valor, permitiera que, alguien le prestara una escalera de sentimientos, para subir por el madero que, el árbol de la soledad, alguien tallara en su andar y desenclavando los clavos de los silencios de su corazón; arrancada de su costado la lanza que hacía sangrar a su confianza malherida; con sus fuerzas, después de las heridas cicatrizadas y con el equipaje de su propia sensibilidad equilibrada, bajara de su cruz particular, a ese Jesús de Nazareno, para  para aliviado el dolor del desencuentro, aportando a su vida un nuevo aliento, convirtiéndolo así en el símbolo de libertad, ante  todos aquellos que la incomprensión crucificara.

Annia Mancheño

miércoles, 24 de agosto de 2011

SOBRE UN COLUMPIO EN EL PARQUE

Mayca estaba en casa, sola, un poco cansada de estar delante del ordenador escribiendo y decidió salir para que el aire de la noche, despejara su mente.
Le puso la cadena a su perrillo, y aún con algo de duda por las horas que eran, salió a dar un paseo. Al principio, el ver apenas a dos o tres personas transitando por las calles, sembró una duda en su pensamiento: ¿Habría echo bien en salir sola,  a esas horas? Sin embargo, poco a poco, sus miedos fueron desapareciendo. Una o dos personas que ni siquiera la conocían, al pasar por su lado, le dijeron: ¡ Buenas noches !
Aquello, no era muy común en la ciudad, . Unos y otros, como mínimo, bajaban la cabeza al cruzarse con otras personas y seguían su camino, con las prisas habitual que la ciudad traía con ella. Cuando no, era uno mismo el que ante una persona desconocida, ante la oscuridad de la noche y a causa del miedo a ser atracada, en calles apenas transitadas, apresuraba el paso, para alejarse del desconocido. Pero si lo era, en el Pueblecito donde vivía en ese momento.
Ya totalmente tranquila, se propuso disfrutar del paseo y se dedicó a recorrer las calles que rondaban su propia casa. Llegó a un pequeño parque, donde algunos juegos infantiles, desiertos a causa de las horas que eran, parecían estar diciendo:
·        ¡Hola! ¡Buenas noches! ¡Vaya perrito tan bonito que tienes!
Miró sorprendida alrededor suyo y no viendo a nadie, volvió extrañada la vista hacía el lugar de donde procedía la voz que repetía:
·        ¡Estoy aquí! ¡Hola!
Descubrió que dicha voz, surgía del cuerpo de un columpio situado en el centro del parque.
No se sorprendió. Ella sabía que no sólo las personas tenían la capacidad de comunicarse entre ellos. Hacía tiempo ya que había descubierto que todo en la naturaleza tenía vida, sólo había que prestar atención para que el corazón oyera sus palabras. Y aquel columpio, estaba creado en madera, materia viva, que ahora se ponía en contacto con ella. Y como si fuera una niña, aquella niña que hacía tantas y tantos años, soñaba que llegaba a las nubes, montada sobre el columpio que, existían en un parque cercano a su hogar, en silencio, con el lenguaje que se practicaba en el mundo de la fantasía, le contestó:
·        ¡Hola! Estás un poco sólo, ¿No?
·        Si. Los niños a estas horas, tienes que dormir. Ya han empezado las clases y como tienen que madrugar, no pueden acompañarme. La verdad es que, durante las noches, me encuentro un poco sólo. Además, alguien me enrolló en la barra y no puedo balancearme de aquí para allá. Esto por lo menos, me permite cuando estoy libre, dedicarme a jugar a coger a las estrellas. ¿Podrías desenrollar mis cadenas?
·        ¡Claro! ¿Por qué no? - Soltó a su perrillo para que correteara un rato y se dedicó a desenrollar el columpio. Después se dedicó a observar como éste, iba de arriba a abajo sonriendo y mirándola.
Cuando se canso de balancearse sólo, se volvió hacía ella y dijo sonriendo:
·        Oye, ¿Cómo te llamas?
·        Mayca
·        Mayca, ¿por qué no te subes encima de mi y vemos las estrellas desde más cerca juntas?
·        Pero... ¡no puedo hacer eso!
·        ¿Qué no puedes? ¿Por qué? ¡Ah ya! Te mareas con el movimiento...
·        No hombre, no es eso
·        Entonces, ¿qué te lo impide? ¿No te gusta columpiarte?
·        Si, pero...
·        Pues no lo entiendo. ¿Por qué no?
·        Piensa. ¿Y si me ve alguien? ¿Te imaginas?
·        ¿Qué puede pasar? No hay que pagar para jugar conmigo 
·        Pero, yo ya no soy una niña y tú, estas ahí, para que los niños disfruten columpiándose sobre ti...
·        ¿Sólo es por eso?
·        Compréndelo, yo soy ya demasiado mayor para estas cosas...
·        Pero  a ti te gusta
·        Si...pero...
·        Pues entonces no pasa nada porque seas mayor. Acaso los mayores no pueden pasarlo bien con aquellas cosas que les gusta, de vez en cuando, ¿por qué no podéis sentiros un poco niños y actuar como tal? Eso no hace daño a nadie
·        Si pequeño, eso sería lo ideal, pero cuando te haces mayor, hay ciertas cosas que no está muy bien visto que las hagas.
·        ¿Por qué si no son cosas que dañen a nadie ?
·        Sería difícil y largo de contar. Se supone que los adultos, no debemos comportarnos como niños. Tenemos que dar la imagen de personas responsables y centradas y columpiarte a mi edad, puede hacer pensar que soy un poco infantil, con lo cual, supondría ser poco responsable... ¿No lo entiendes?
·        ¡ No ! No lo entiendo. Sólo entiendo que es una forma hipócrita de actuar a causa de lo que pensaran los demás...
·        Pero... compréndelo ¿Y si me viera alguien?
·        Si ese alguien piensa... ¡Increíble! ¿No le dará vergüenza? Sólo demostrará que su corazón, tenga la edad que  tenga, está muerto, porque no es capaz de disfrutar de todo aquello que en cada momento te regala la vida y si por el contrario, sonríe y piensa : ¡ Mira que bien se lo está pasando e incluso alguna vez que se encuentre en un parque, se decide a disfrutar de un paso sobre un columpio, si realmente es lo que le apetece, habrá encontrado a ese niño perdido que todos llevamos dentro y que nos permite, caminar a través de la vida con la mirada limpia de acondicionamientos sociales y desnudos de el baño de hipocresía que nos cubre cuando sólo vivimos mirándonos en los ojos de los demás. ¿Acaso no cumples tú con tus deberes de adulta, cuando debes hacerlo?
·        Si, pero eso no es suficiente.  Si actúas como tu dices, terminas siendo objeto de criticas que van dibujando tu retrato delante de los demás.
·        Pero, ¿cuando tu pintas tu retrato, lo pintas pensando en ellos, o intentas dejar reflejado sobre el lienzo la verdad de tu persona?
·        Intento ser consecuente con lo que pinto.
·        Entonces, si realmente quieres columpiarte hoy sobre mi, ¡sube ya! Sólo permitiendo que ese niño que llevas dentro no se avergüence de si mismo, conseguirás encontrar el camino de la felicidad, porque cuando en tu caminar adulto se crucen las nubes de las tormentas, la inocencia de esa niñez, te permitirá ver a través de la oscuridad el rayo de esperanza que guiara de nuevo tus pasos.¡ Venga anímate !
Sin pensárselo más, Mayca se subió sobre el columpio y juntos ascendieron una y otra vez hacía el cielo. Al principio, lo hacía con timidez, pero al cabo de unos minutos, sus piernas tomaban impulso cada vez con más fuerza, y cerrando los ojos, se dejo llevar, mientras el suave vientos que el movimiento provocaba acariciaba su rostro.
·        Mayca, Mayca... no tomes tanto impulso, que a este paso, vamos a tocar las estrellas de verdad.
·        Déjame pequeño. ¡ Esto es maravilloso ! La verdad es que no me importaría perderme en ese universo de paz que tenemos encima.
·        Pero tu mundo es éste.
·        Si, pero, en éste mundo, hay demasiadas cosas que no me gustan.
·        ¿Y qué cosas son esas?
·        Muchas, pequeño, muchas. A veces pienso que los humanos nos estamos volviendo locos. Corremos detrás del éxito, dejando en el camino las cosas más importantes que poseemos. Nos despedazamos unos a otros para conseguir poder y dinero. No importa que para ello, tengamos que utilizar cualquier tipo de artimaña tanto a nivel personal como profesional. No nos importa utilizar desgracias ajenas, o propias, si estas nos proporcionan algún tipo de beneficio. La competencia en el mundo laboral, es desleal y destructora con tal de conseguir lo que esta sociedad exige. ¡ Ser los primeros a costa de lo que sea ! Poder y dinero, que a menudo se utiliza para subyugar a los demás a nuestros deseos. Mientras que en unos piases, algunas personas  mueren de hambre, entre guerras en las cuales nadie les pidió la opinión, en otros, distintas personas, despilfarran alimentos y bienes viviendo como reyes.
El trabajo que debía ser un bien común, se ha convertido en un arma utilizada para esclavizar al trabajador ante la falta de éste y la abundancia de personas que lo necesitan, que se ven obligados a ceder a las exigencias de desaprensivos que abusan de sus necesidades, obligándoles a llevar a cabo este, por sueldos míseros durante más horas de las que son legales, sin que los afectados, se atrevan la mayoría de las veces a denunciar el echo por miedo a represalias contra sus propios trabajos.
·        Pero…Mayca, ese mundo que describes…no tiene porque introducirte en él… Además, ¿Tú actúas así?
·        No… al menos lo intento, pero inevitablemente, me veo sumergida en esa lucha continua por no pertenecer a él… Desgraciadamente, todos estamos de alguna manera formando parte de ese sistema de vida.
·        ¿Puedes tú hacer algo para que cambie?
·        Yo sólo puedo controlar mi mundo… Difícilmente, podía cambiar el de los demás….
·        Tu lo has dicho…¡Tu mundo! Vive según tus principios, tus valores…tus creencias y deja que cada cual, decida si quieren pertenecer a ese sistema de vida…
·        No es fácil…
·        Espera, espera, ¿ no crees que eres demasiado negativa ?
·        Quizá, hoy no es uno de mis mejores días. Pero la verdad es que no veo un futuro demasiado esperanzador para las generaciones que llegan
·        Según dice un refrán vuestro, ¨ no hay mal que cien años dure, ni cuerpo que lo resista ¿No es así?..
·        Ja ja ja ja  Tienes razón… Vivimos en la milenio del materialismo, pero, no todo el mundo actúa igual, por suerte… En fin, te dejo… mañana tengo que madrugar, así que, dejemos la conversación para otro día, ¿Vale? Prometo contarte cosas mucho más lindas de nuestro mundo…
·        Vale.. puedes venir a columpiarte siempre que lo desees… ¡Te vea quien te vea! Ja ja ja
·        Buenas noches pequeño…
·        Buenas noches Mayca… Ah... sigue creciendo, pero sin dejar en el fondo de ser niña. Quizás porque aunque se sea  adultos, no es malo de vez en cuando , volver a recordar esa niñez perdida, añorando en la noche la vida feliz y tranquila de aquellos juegos que os arrastraban sin ninguna obligación contraída. Piensa que, en el fondo,  ser adultos sea un poco eso: encontrar la niñez perdida, mágica porque ya ha pasado, dolorosa porque nunca termina.
  ¿Una contradicción? Si y no. Porque hay momentos en la vida, cuando la responsabilidad desborda, el estrés te contamina. La deshumanización te hiere.... que hay que sentirse niña, mirar con la mirada limpia y con una sonrisa tranquila,  pensar:
     Todo se arregla, todo avanza, todo camina.
  •     Pero, ¿Se puede aún con los años sentirse en el fondo niña?
  •   Todo se basa en preguntarse, si todo termina, cuando te encuentras que eres adulto, y en el fondo sigue tu niña viva. Pero porque  a veces  deseas ser un poco niña, para siempre en la vida, con mirada limpia y con una sonrisa, seguir andando el camino, que nunca se sabe donde termina.

 Extraído de uno de los capítulos de: Jirones de una vida( De cualquier vida) 
de la autora de éste blogs



Annia Mancheño

jueves, 18 de agosto de 2011

SE HACE CAMINO AL ANDAR…




Emma no paraba de llorar sobre sus brazos. Sus lágrimas, mostraban toda la soledad, que había dejado en su vida aquella muerte.
Un amor que la vida había echo, que marchara de su lado. Con el corazón roto, lloraba la perdida de éste y soñaba con volver atrás y con la experiencia de la vida que ya quedo en su diario personal, recuperar dicho amor entregándole “ algo más “ de lo que su corazón le dio. Se repetía una y otra vez… ¨ Si hubiera… si hubiera…
¡Se encontraba sola! Además, sabía que, pronto, de nuevo la Parca Dama, volvería a visitarla, llevándose con ella, a quien le dio el ser, agonizante hacía meses, postrada en su cama, presa de una enfermedad terminal.
Mientras la escuchaba, no podía evitar sentir, ese dolor que ella mostraba con sus lágrimas.
Era duro perder un amor y verse encadenado ingratitud de los recuerdos.
Estaba tan convencida de que,  solo podía haber un verdadero amor en la vida.
Intentando calmarla, tomó su cara y suavemente, fue diciéndole:
Eso no es así exactamente querida Emma. Aunque ahora te sea imposible y doloroso pensar en ello, la vida es demasiado hermosa y larga, y nuestro corazón demasiado grande, como para desperdiciar el perfume del amor, amando sólo una vez. Si una flor producto de éste, nace en su interior y por las inclemencias que traen las tormentas de sentimientos, se marchita, siempre las semillas de ésta, con el tiempo, hacen que vuelva a germinar otra flor en su lugar, si cuidamos el terreno y lo regamos con paciencia
Ya se, como está tu corazón ahora. Deja que el tiempo, alivie su soledad,  con la caricia de quienes te queremos. Déjanos seguir luchando, por sacar una sonrisa a tus labios, que te daremos  incondicionales. Deja que nuestras buenas noche, penetren dentro de ti cada día, para acompañarte en tu soledad. Tómalo como una pequeña muestra de nuestro amor, para que sepa que aún en tu dolor y soledad, si esta con nosotros, no estarás nunca sola.
Me gustaría que estas palabras vuelen  hasta tu corazón, querida, para que vuelva a nacer en él,  la tan deseada esperanza. Que se incruste él, con la fuerza que se incrusto en él… ¡ El amor que sentías!
Se,  como tu dolido corazón, esta rebozando de dolor, por ese amor que voló de tus manos.  Y como tu vida está volcada en llenar los momentos, de otra vida que puede que se apague pronto.
 Hermosa y dura tarea la tuya, poniendo en ello todo  el cariño.
Paro, piensa que, una vida nunca se va. Solo cambia sus camino, su rumbo. Pasa a formar parte de la naturaleza. Esa naturaleza que en otro momento la hizo brotar.
Pero otra, la tuya, queda en el camino dejándote en éste, la libertad de volver  a la senda por donde un día encontraste el amor. ¡ La senda de la vida !
De ti depende que una vez en ésta, te acobardarte o te dejas llevar, y permitas que el tiempo cure las  heridas de tu corazón, y una vez cicatrizadas estas, volver a dejar que en éste vuelva a encenderse la llama de ese preciado tesoro.
No sirve de nada volver atrás Enma,  cuando la vida ya ha pasado. La vida es como un camino, que se va andando. Apenas una hora a través de éste, se convierte en momentos que no se volverán a vivir igual.
Puedes  volver al punto de partida de ese camino con el pensamiento, pero en los nuevos pasos, siempre encontraran algo distinto en el  trayecto. Una  flor, abra dejado que sus pétalos sigan ascendiendo hacia el cielo; el viento ya abras pasado una vez acariciando las copas de los árboles; la luna ya abra descansado de su larga noche y el sol ya abra calentado algún corazón que estaba frío. Ni el mismo polvo estará en el mismo lugar que tu pisastes en el primer recorrido.
No sirve de nada volver atrás en el camino del amor. Siempre habría una caricia distinta; una mirada distinta; un razonamiento distinto. Es mejor no querer volver atrás sino seguir adelante siempre.
Si aquello que dejaste en tus pasos anteriores te lleno de amor, no lo dibujes con pinceladas grises. Deja que los pinceles de tus sentimientos, estampen sobre el lienzo de tus recuerdos, aquellos reflejos más luminosos, para que tu corazón y tú mirada, se ilumine cuando los contemples.
Tu mundo no debes llenarlo de pasado sino de presente. Ese presente que tú debes llenar de esperanzas y caminar con ella de la mano.
No dejes que en tu museo interior, se llene de sombras. Deja que el sol ilumine éste y que la primavera haga nacer hermosas flores en tiestos regados con esperanzas. Deja que esta perfume tus horas de soledad y el perfume se extienda alrededor tuyo.
Busca “algo más “,  en tu vida, que llene tus horas, para que el reloj de ésta, no se pare ni un solo momento. Recuerda :
¡No sirve volver atrás!
Como dice nuestro gran Poeta, Antonio Machado :
¨El camino que se ando, no se debe volver a andar… se hace camino al andar¨
Deja que a tu imaginación le broten alas y acariciada por el viento del tiempo te  transporten a ese mundo de paz que ansias.

                                                             Annia Mancheño

jueves, 11 de agosto de 2011

ANDAR CON EL CORAZÓN ( Para una amiga muy especial)


Recibió la carta de Marga aquella mañana y en vista de lo triste que parecía estar a través de sus letras, decidió contestarla aquella mismo noche. Sabía que Marga últimamente, se encontraba un poco perdida en cuanto a la relación que mantenía con Jorge y tenía la impresión por el tono de la carta, de que las cosas no iban muy bien entre ellos. Cogió papel y pluma y empezó a escribir

Querida Marga, me escribes llena de dudas y tristezas y me pregunto: ¿Qué te ocurre? ¡Qué a pasado con Jorge me te hace estar tan afectada
¿Acaso estoy equivocada o más bien  no me equivoco a pensar que te la volvió a jugar la vida?
Tus preguntas: Lucia: ¿Es que actuar por impulsos siempre es malo? ¿Tener sentimientos es siempre tan doloroso? ¿Guiarte por el corazón  siempre, tiene que hacer que éste se encuentres con la incomprensión y el resultado sea que terminas con este roto?
Escucha preciosa: Los impulsos son difíciles de controlar. Son como interrogaciones que se lanzan a la vida y no siempre encuentran respuesta ante lo que con ellas quiere expresar.
Me explicas que te sientes muy perdida en cuanto a la convivencia con tu nueva pareja, con la gente en general, con el amor, con la amistad.
Quiero pensar que te refieres a tu forma de ser. Sueles andar por la vida a golpes de corazón, de impulsos que de ti nacen y estos hacen que vayan tropezando con la incomprensión muchas veces. Siempre te e dicho que eres demasiado sincera, cariñosa, y honrada cuando extiendes tus manos y entregas tu corazón, confiada, ingenua, bastante soñadora y demasiado idealista, cuando se trata de creer en los demás. Siempre te lo dije y nunca me quisiste escuchar Marga.
Desde que te conozco, siempre fuiste de esta manera. Vas por la vida actuando según te dicta tu corazón, haciendo caso omiso a lo que pueda aconsejarte tu razón.
Cuando te entregas, no piensas que todo el mundo, no tiene sus manos abiertas, que no todo el mundo entrega todo. Confías demasiado en todas las personas y es hora de que aprendas que no todo es tan limpio, ni tan perfecto como tú esperas en la relación con los demás. Recuerda que los humanos somos variables y nada perfectos. Que tienes que vivir, pero con los pies en el suelo.
Tienes que seguir creciendo y conociéndote Marga y ser más cauta, pues no todo el mundo desea, entiende y merece la sinceridad que tú buscas y das. Recuerda que cuando vas a corazón abierto en éste se puede introducir mucho amor, alegría, belleza, amistad...Pero junto con todo esto, también entra , la mentira, la maldad, la morbosidad, la falsedad....y sin esperártelo éstas va dañando poco a poco, cada trozo que roza, cada rincón que recorre, dejándote sumida en la más desoladora tristeza.
Debes empezar a cambiar tu forma de entregarte y aunque no cambies por dentro, pon algunas barreras en tu corazón, hasta que sepas ante quién debes retira éstas.
Debes aprender que ir por la vida con la sinceridad por delante siempre, no es un buen camino, pues no siempre es bien comprendida y le pueden dar a tus actos, distintos sentidos. Úsala solo, con aquellos, de los que estés convencida de que se la merecen.
Puede ocurrir que si echas un brazo sobre el de alguien como un gesto de amistad, éste entienda que hay algo detrás. Si das un beso de apoyo con todo tu corazón, se piensen que es un beso que busca amor. Si tus palabras expresan una gran admiración, se interpreten como una llamada para que se fijen en ti. Si tiendes tu mano abierta intentando transmitir tu cariño, se interprete como que la ofreces con doble sentido.
Así que aprende que no se puede ir por la vida con la sinceridad por delante siempre, dejándote guiar sólo por el corazón, abriendo éste a todo el mundo, para que todos anden en él. Sólo abre una rendija por donde entre poco a poco, quien tú desees.
No quiero desanimarte Marga, debes seguir creyendo en la amistad y el amor. Debes seguir creyendo en la honradez y el respeto, pero, se más cauta, más cuidadosa. Desgraciadamente, en este mudo, la lucha por sobrevivir, para algunos, implica, llevarse por delante a quien se interponga en su camino, sin escrúpulos algunos.  Sigue siendo en tu interior como eres, pero no te entregues con tanto ardor a todo el mundo y aprende, si no, te expones a que te rompan el corazón muchas veces.
Esta vida es así querida y debes aprender a caminar por ella.
Animo y adelante… ¡ Lo conseguirás!  Y no te dejes asustar por esos golpes de la vida. Aclara tus deseos e intenta si esto es lo que quieres, aclarar las cosas con Jorge, pero si no es esto lo que deseas, si no puedes arreglarlo, no te derrumbes; no es el fin del mundo, ni el único hombre que puede hacerte feliz. Existe gente maravillosa y con el tiempo encontraras a esa persona con la cual, compartiendo con él lo mejor de ti, de los dos, te hará, os permitirá ser felices. Pero intuyo que, en el fondo, no es solo lo de Jorge lo que te provoca esa tristeza. ¡Hay mucho más! Te conozco y se que, en el fondo de ti, son las actitudes de muchas de las personas que te rodean, las que te hacen cuestionarte, tu forma de andar por la vida.  
Aparte de Jorge, con el caul debes ser muy sincera, con los demás, acostúmbrate a que sólo sean personas con las que tendrás una buena amistad o simplemente una relación social, pero que nunca deben entrar en tu mundo interior al no ser que confíes plenamente en ellos. Este, es un tesoro demasiado precioso que debes cuidar y sólo mostrarlo a quienes sean capaces de entenderlo y valorarlo.
Cuídate Marga. Espero de nuevo tu carta.
Muchos besos y recuerda que te quiero y que siempre puedes contar conmigo.

Lucia 

Lucia puso la cadena a su perrillo y salió a darle un paseo. Aprovecharía éste para acercarse a la estafeta de correo más próxima y echar en ella la carta. Quería que le llegara lo antes posible.

Annia Mancheño

EL MONÓLOGO


Se abrió el telón. Sobre el escenario, el actor contemplaba al público emocionado. Allí estaban todos. Habían decidido asistir a la ultima representación de la temporada.  El tenia que escenificar un monologo que paso a paso, con textos llenos de vida, iba a explicar las soledades y angustia de un ser humano en la etapa final de su vida.
Cuando le entregaron el libreto, se dio cuenta de que cada palabra, cada hecho que se relataba en él, había llegado hasta su interior, despertando todos los fantasmas, ángeles y demonios, que,  dormidos, salían a flote sobre el escenario para calmar su alma. Aquel libreto era el espejo de su vida. Un espejo donde esa noche de cara al público, quedarían reflejados, sus miserias, equivocaciones y lamentos, así como sus aciertos durante su camino, ansiosos de ser comprendidos y perdonados.
Volvió a contemplar a su público. Todos estaban allí. Habían acudido amigos familias, conocidos... Todos estaban pendientes de él.
Fabricio habló...habló... y habló...dejando que entre palabras y palabras, los silencios cortos fueran posando en la mente de estos, la comprensión. 
Al principio todos escuchaban atentos. ¡Cuánto sufrimiento... ¡ Qué injusta la vida... ¡
La sorpresa fue haciendo su aparición. En la mirada de los concurrentes, miradas de lastima y aparente tristeza caían sobre él. Miradas, en las que las lágrimas brotaban con facilidad.
Fabricio estaba conmovido. Allí estaba su gente, sus amigos, sus hermanos, sus compañeros de viaje. Sus ojos se llenaron también de lágrimas. La emoción, había hecho mella en su espíritu. ¡Habían comprendido ¡ Aquello no era una obra, aquello era su vida. Una vida, como tantas otras, que alguien con capacidad de expresarla con la escritura, había dejado inmortalizada sobre unas hojas para que fuera representada en un país u otro, sobre un escenario dejando constancia de las múltiples razones de un ser humano, para perder su rumbo en el camino.
El primer acto, había concluido y las palmas empezaron a sonar. Era el tan ansiado apoyo, aquel que pedía que la función continuara y la vida fuera relatando sus pasos.

Soledad: 2º Acto

Esta era la palabra clave, ¡Soledad!
Volvieron a levantar sus alas las palabras. Unas tras otras, se fueron dejando caer sobre la platea.
De pronto, Fabricio se percató de que, inexplicablemente, revoloteaban en el aíre, y volvían a el, sin encontrar cobijo en la mente de nadie. Los espectadores, habían perdido interés por la obra.
Un leve susurro, fue alzándose sobre ellos. Aprovechando uno de los silencios, pudo observarles. Las razones y consecuencias de su soledad, parecía no importar a ninguno de ellos. Fue advirtiendo, cómo, con miradas furtivas hacía el escenario, unos y otros, iban relatando al de al lado, sus riquezas y proezas en sus propias vidas. Como justificando sus hechos, iban envolviendo los abandonos personales de cada uno en... “ Yo tenía... yo pensaba... yo creía... yo esperaba... “
Era la palabra más utilizada entre ellos, Yo...Yo... Yo.... Con solo sus Yo... estaban escribiendo el próximo libreto que se representaría en escena.
El decorado sería distinto ; no existiría una cama en una sencilla habitación de un Hospital, esta vez sería una gran habitación, adornada con flores, y, atentas y cariñosas señoritas enfundadas en blancas batas, llevarían a cabo todas las ordenes que médicos de conocido renombres, habrían dejado sobre un folio con el anagrama de una famosa clínica.
Fabricio, decepcionado, los contemplaba. Las palabras, cariño, amigos, hermanos, compañeros, se mezclaban con las palabras, dinero, mayordomo, ama de llaves, cruceros... y miles más, destinadas todas ellas a justificar y explicar actitudes relacionadas con el olvido y la soledad.
El, cayó entonces en la cuenta de que la obra no se escenificaba tan solo en el escenario. Esta se había ampliado hasta llegar a la platea, Allí, cada uno a su manera, iba representando su propio papel; recitaban su propio monólogo, porque no hablaban para los demás, sino para si mismos. Para sus propias conciencias. El actor solo era el espejo, donde con palabras querían dibujar hechos coherentes, pero que a pasar de los brillos solo eran caricaturas de sus propios hechos, de sus propias soledades.
Todos se habían convertido en protagonistas. En actores de una misma obra. ¡LA VIDA!


Allá donde estés...  Siempre estarás conmigo. 


Annia Mancheño