Había una vez, en una Galaxia lejana, dos duendecillos que, Sonrisitas y Blanquito, se llamaban, revoloteando entre las Estrellas, que brillaban.
Uno le decía al otro:
- Habrá otros planetas, además de Fantasía, donde se encuentra nuestra casa?
- No lo se. Quizás, lo sepa,
- Pues, vamos Sonrisitas..vamos a preguntarle.
Cogiendo impulso con sus alas, hasta Doña Dama Blanca se acercaron.
- Hola Dama…
- Hola Sonrisitas…Hola Blanquito…¿Qué hacéis? ¿ Os veo con cara de preguntar… a ver..decidme... o me venís a visitar?
- Jugábamos con las Estrellas y te vimos pasear…pero, pareces preocupada
- ¿Es qué en Fantasía algo va mal?
- No pequeños…no temáis…en nuestro País, todo funciona con normalidad; lo que ocurre, es que, hay en
- Vaya… eso te queríamos preguntar…si existían otros planetas… ya vemos que si
- Pero… ¿por qué, te preocupas? Si brilla tanto, tanto, quizás sea porque su Sol, esta iluminándolo con todo su esplendor…¿ eso te preocupa…? Eso no es malo…
- No lo se…de ahí, viene mi preocupación… brilla tanto, tanto, tanto…que temo que haya explotado ese Sol…
- Eso…sería muy grave…¿Cómo lo podríamos averiguar? ¿Cuándo empezó tu preocupación?
- Ayer…sobre las cinco y cuarenta y cinco, cuando la claridad precede al Sol, un meteoro luminoso me llamó la atención, porque iba hacía
- Ya casi esta amaneciendo…Dama Blanca, nos podríamos acercar a ese Planeta…Si no lo haces, seguro que, con tu preocupación, cuando marches a descansar, no lo harás.
- Anda venga… nosotros te acompañamos y así, también los vemos…
- Pero chicos…
- No importa Dama…desde Fantasía, sabes que no tiene tiempo el reloj, lo que pueda parecer años, es sólo un segundo para nosotros dos…
- Además, así, antes de acostarte, podrás saludar a tu amiga El Alba, que está a punto de despertar…
- Buena idea…esta bien…vamos para allá…
Y los tres juntos, como un rayo, despegaron, volando hacía la oscuridad y en el tiempo que dura un suspiro, sobre las playas de la tierra, dejaron sus pies descansar.
Sobre el horizonte, el Sol, sus ojos empezaba a asomar. Presurosos, hasta él volaron, para averiguar, qué había pasado el día anterior, que hacía que salieran los rayos de luz de sus ojos, con tanto fulgor.
- ¡Eh! Don Sol…¡Hola..hola!
- Hola pequeños…hola Dama Blanca…¿qué hacéis por aquí? ¿Si tú estas despierta Dama, no me dejas salir a mí?
- Espera un poco Don Sol… no salgas aún…que si tú sales, yo tendré que marchar… hay algo que me preocupa y no me dejará descansar…
- Pues dima Dama..ya es tarde y el Alba, empujándome está…
- Veras…anoche, vi. algo extraño…un meteoro, corría hacía aquí y al llegar, resplandeciente, casi me llega a cegar…¿qué ocurre? Desde Fantasía, te vi brillar con tanta intensidad, que pensé que algo ocurría… ¿Algo iba mal?
- No mujer…¡No!...No te preocupes…al contrario, lo que ocurrió, te llenará d felicidad…
- ¿De verdad? Pues cuéntanos, que estamos impacientes…
- Si…si…cuéntalo…porque desde Fantasía, se veía sobre vosotros tanta claridad…
- Esperar…espera…
- Es que, estamos impacientes…piensa en cuanto hasta aquí, tuvimos que volar para llegar…
- Esta bien..os lo cuento..además, yo tengo que salir…no me puedo retrasar más… Escuchar… Ayer, hacía nueve meses, que Don Amor y Doña felicidad, decidieron que, sobre nuestro cielo, tenían que hacer brillar, a una Estrella más. Así que, le dieron la vida. Y la semilla brotó. Durante esos nueve meses, con alegría e ilusión, la regaron y ésta poco a poco, su cuerpecito luminoso fue formando. Pasó el invierno, la primavera y ya entrando el verano, resolvieron que, ya era hora, de que con sus brillos, adornara
- ¡¡¡ Bien!!! Otra amiga más, con la que jugar… - dijo Sonrisitas-
- ¡¡¡Estupendo!!! – Gritó Blanquita-
- Pero…dinos Don Sol…¿Qué nombre le han puesto, Don Amor y Doña Felicidad?, para poder hacerle llegar un regalo…
- Y yo…
- Y yo…
- Como abrió sus ojos, cuando el Alba ya despertaba y nos sorprendió con la belleza de su rostro, cuando la primera Luz del día, sus cabellos peinaba, para salir a iluminar al Alba, cuando se levantará; así que, le pusieron Aurora, que significa.. Principio de
- ¡Aurora! Que bonito nombre… ye sé, que le voy a regalar...- dijo sonrisitas- Una cesta llena de espejitos mágicos, donde se reflejará mi cara…así que, cada vez que se mire en ellos, mi sonrisa, sobre sus labios, se verá dibujada…
- Pues yo..- Dijo Blanquita – Le mandaré, un trocito de mi capa blanca, para que juegue con ella cada mañana y como ésta, está tejida con hilos de Paz y plata, sus ojitos brillaran, por el reflejo de ésta, cada vez que mire su cara…
Dama Blanca pensativa, volvió a preguntar a Don Sol:
- Pero… ¿a dónde se lo vamos a mandar? No sabemos, dónde se encuentra su hogar. Yo también quiero hacerle un regalo. Me convertiré en una cuna para ella, algunos días del año. Los demás, cuando cierre los ojos, velaré sus dulces sueños, al lado de sus papá y mamá.
- No os preocupéis… Mirad hacía allá… veis aquel pequeñito Pueblo, que aunque lejos, se puede divisar..?
- Si…si… – Contestaron Sonrisitas y Blanquito-
- Aquel que hay entre las Montañas y reluce mucho más… Ese es su hogar… Montar sobre ese Cometa, que se acerca, que éste, hasta allí lo llevará…
- Pues vamos que se hace tarde y tú, te tienes que levantar..
- Si...Marchar… Mi regalo ya lo tiene…he apadrinado a su corazón. Si algún día me necesita… ¡Allí estaré yo!
Presurosos se montaron, sobre aquel Cometa dorado… hasta llegar a un pueblecito chico, donde Aurora dormía, metidita en una cuna, en un rincón de la habitación.
Con sumo cuidado, por la ventana entraron, dejando a los pies de su cuna, aquellos valiosos regalos.
Después, marcharon contentos. La preocupación que tenía Doña Dama, se había esfumado. Ahora sobre la Tierra , una nueva Estrella se había posado. Aurora que, al abrir los ojos, cuando Don Sol, ya despierto del todo, por su ventana se había colado, sonrió al ver que sobre sus pupilas, se reflejaba un manto blanco, fruto de la paz y alegría, que a aquel hogar había llevado.
Annia Mancheño
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