viernes, 28 de octubre de 2011

EL ROSAL



          

            Acaricia el rocío, con un velo blanco sus pétalos,
           
que abrazados unos a otros, empiezan a despertar.

            Su belleza se refleja, en el blanco color

            que recuerda a un nardo que inmaculado,

            desprende su belleza para poderla contemplar.

           
            Y con mimo se van abriendo, besando con ternura al sol.

            Con su estallido de brillo que al jardín envuelve,

            apenas consciente de ello, convierte el da en un amanecer

            digno de admirar.

           
            Es el rosal que hermoso  florece,

            mostrando  su encanto con humildad

            sin saber que le contemplan extasiados,

            unos ojos que  sus lindo rostro

            en el recuerdo quieren guardar.

           
            Sus espinas que para el son

            la nota de dolor, son las armas que la vida le d…

            para que nadie se pueda de su hermosura,

            que adorna un pequeño parque de la ciudad adueñar.

           
            Y como una perla blanca que nace cada amanecer,

            con el sol, regala esta hermosura

            ajeno a su gran valor.

           

            Annia Mancheño





jueves, 20 de octubre de 2011

CARTA ABIERTA A LOS EMPRESARIOS



Cuando Isabel, abrió el buzón, ya esperaba, aquella carta. María la había llamado la noche anterior, para llena de felicidad, contarle que… La Empresa de Servicios a Domicilio, la había llamado, ofreciéndole de nuevo el puesto, pero, en unas condiciones, bastante peores, a que que tenía anteriormente. Pero… ¡Ya tenía un nuevo puesto de trabajo! Y que la famosa copia de la carta, responsable de que se lo hubieran dado, se la había mandado por correo, a principio de semana.

Ella misma, le había aconsejado, cuando indignaba, le dijo que, la Empresa para la cual había estado trabajando; la misma para la cual, trabajó ella, hacia años,  la había despedido. Le pidió que,  que, la escribiera una carta a esta, donde mostrara su indignación tras los hechos y otra, para que se leyera  públicamente. Sabia que, esta tendría repercusión, en aquello que la oyeran y una secreta esperanza en que, alguien, volviera a darle trabajo a Leonor. ¡Se lo merecía! ¡Era un gran persona y trabajadora!  Leonor, no estaba muy convencida, ya que, su facilidad para expresarse escribiendo, no era mucha; así que, ella misma se la redacto por teléfono, después de conocer, como había ocurrido todo.
Era consciente de que, en su antiguo programa de radio, se había leído esta.  Jorge la había llamado, contándole que, la difusión de la carta, había provocado muchas llamadas a la emisora, interesándose por el tema,  la mayoría., mostrando así, su indignación ante lo ocurrido. Más de una persona, se había ofrecido a proporcionar un puesto de trabajo a Maria;

Y había ocurrido. La mujer de un Empresario, al oír la carta, habló con su marido, que se puso en contacto, por medio de la emisora, con Maria, y le ofreció un trabajo. Se iba a dedicar a, atender a la madre de su esposa, en el domicilio de esta. Con una condiciones, inmejorables, asegurada y con la promesa de que, al ser tan mayor y estar delicada; el día que faltara ésta, pasaría a formar parte de la plantilla de trabajadores en la Residencia que Regentaba él.
Ya en casa, abrió el sobre y leyó:


CARTA ABIERTA A LOS EMPRESARIOS
                                              
                                                                                  Empresarios Españoles
                                                                                  C/ Ciudades y Pueblos
                                                                                              España



Muy Sres. Míos :

Mi nombre es....que importa esto, un nombre más..., podría ser el de miles de trabajadores en paro, en éste País.
Yo en concreto, he estado trabajando con uno de Uds. durante el periodo de un año y medio, en el sector dedicado a Servicios Sociales a Domicilio, encargado de facilitar ayuda a Ancianos necesitados de ésta, tanto en sus hogares,  como en el aseo personal de éstos. Pero esta carta podría ser de cualquier trabajador que hoy en día ponga interés en su trabajo y después de varios contratos se vean en la calle a consecuencia de una enfermedad mínimamente larga, un embarazo, una protesta...Etc. 
El día treinta y uno de Julio, de 2011, se dio por rescindida mi relación contractual con la empresa, al finalizar el último contrato de circunstancias que firmen con Uds. por un periodo de seis meses.
¿ El motivo de ésta carta ? Paso a continuación a explicárselo.
Cuando yo empecé mi relación laboral con uno de Uds. hace un año y medio, me propuse llevar a cabo este, poniendo en ello toda mi buena voluntad, con el fin de realizar éste concienzuda y responsablemente, con la finalidad de que éste fuera valorado y mi relación con la empresa fuera larga y productiva para ambos, a pesar de que,  limpiar, ( que es lo que una Auxiliar a Domicilio, hace con más frecuencia ) no era el trabajo ideal ni el que más me gusta hacer, pero si me atraía el hecho de que mediante mi trabajo, aportaba a aquellos a quienes servia, ( los ancianos, a quienes respeto, sobre todo por el mundo de soledad en el que viven habitualmente, aunque, no en todos los casos ocurra así, si se daba esta circunstancia en la mayoría de aquellos ancianos a  los que yo asistía ) como decía, apórtales un poco de alegría con mi sonrisa, el poco tiempo de que disponía para estar con ellos. No piensen Uds. que me salía de mi función de  Auxiliar, ¡No! Sólo consistía en tratarles con cariño y respeto, durante el tiempo que pasabas en sus hogares, y las mayoría de las veces, escucharles, ¡simplemente, les! sin dejar con esto, de realizar mis funciones de Auxiliar. De que está intención fuera productiva o no, supongo que Uds. deben tener informes de ellos mismos. A mi me consta, que la mayoría de ellos, estaban contentos con mis servicios y de todo éste tiempo que he estado trabajando con Uds. es de lo que me siento más orgullosa. Mis esfuerzos, se llevaron la recompensa de más de un beso de agradecimiento y muchos  “Gracias “ dichas con el corazón.  
Al principio, me resultó difícil enfrentarme al trato de alguno de ellos, cuando en algún caso en particular, “Muy particular “, la enfermedad del anciano, y como consecuencia de esta y su propia amargura, el trato de éste durante el servicio, superaba mi capacidad de no implicarme en los problemas de los usuarios. En definitiva, los contratos se iban sucediendo uno tras otro, así que llegue a la conclusión de que estaban contentos con mis servicios. 
Hace aproximadamente once meses, empecé a tener algunos problemas de salud, en principio nada importantes, ( al menos, eso pensaba yo) , con lo cual, al estar ligada a la empresa mediante contratos de treinta en treinta días, y ante la inseguridad de estos, llevada por la idea tan extendida de que un trabajador que se pone enfermo, no es rentable a ninguna Empresa, ( con lo cual al terminar el contrato en función es puesto en la calle) , fui atrasando las prueba pertinentes, esperando que se solucionara todo, ya que al no encontrarme tan mal,  podía desarrolla mi función en el puesto de trabajo, sin demasiado esfuerzo, aunque eso sí, cada vez más cansada, a partir de los catorce meses, Pero pesar de que seguía estando con contratos por circunstancias, estaba haciendo sustituciones, no decaía mi esperanza de que valoraran mi trabajo y con el tiempo pasara a formar parte de la plantilla fija de la Empresa.
Como mi problema de salud no se solucionaba, necesite que se me hicieran algunos reconocimientos médicos con el fin de averiguar que me ocurría, que provocaron que me viera obligada a faltar a mi puesto de trabajo más de un día, eso si, ¡ siempre justo el tiempo que requiriera dicho reconocimiento o prueba ! .
Producto de mi cansancio y desconociendo la razón de tal, mi concentración en el  trabajo sufrió un bajón, lo que provocó, que mi rendimiento bajara también. Soy muy consciente, de que si esta circunstancia fue advertida inmediatamente por algún anciano, que pasó a hacerles constar esto, ( cosa que no les reprocho, ya que ellos suelen disponer del servicio del Auxiliar durante poco tiempo y como es lógico, necesitan que a estos les cunda el tiempo del que disponen )  se debió a que mi rendimiento en los servicios, hasta el momento en que mi enfermedad me lo impidió, fue al 100%, con lo cual en el momento que bajó éste se hizo demasiado evidente. Si me hubiera limitado a cumplir las horas de servicio a un ritmo más a menos normal, (tengo que reconocer que esto también suele ocurrir en algunos casos por parte del trabajador) ellos no se hubieran percatado con tanta facilidad.
Debido a mi enfermedad, el día 26 de Mayo, mi doctora ante mi estado de cansancio y mi aspecto, decidió facilitarme una Baja Laboral, con el fin de que lo antes posible se me realizaran las pruebas pertinentes, para averiguar que ocurría. Pruebas que se retrasaron, no por mis deseos, sino por la lentitud y tan conocido mal funcionamiento de la Seguridad Social en estos temas ante la aglomeración que existe en los Hospitales, por no tener personal suficiente, de tal manera,  que no dan a bastos, lo que conlleva que los médicos de cabecera no puedan hacer nada para agilizar los reconocimientos, ya que la única opción que les queda el método de Urgencia, lo cual en éste caso, no era honrado usar, al estar ya bastante colapsadas las urgencias por la mala organización del sistema de Prestación de servicio al Enfermo y no ser mi enfermedad grave.
Un mes antes de que mi doctora me facilitara la baja laboral, se me comunicó que el mes de Junio, era el destinado para que disfrutara de mis vacaciones.
Próxima la fecha de dichas vacaciones y previniendo que seguiría de baja al tener todavía diagnostico de los médicos, y ante mi desconocimiento legal de dichos temas ( imperdonable por mi parte ) pensé que dichas vacaciones no podía disfrutarlas estando de baja, con lo cual la Empresa se vería obligada a retrasar estas hasta que se me diera de alta. Como mi intención no era salir de vacaciones fuera de la localidad de donde resido, sobre todo porque no me encontraba bien, contacte con mi coordinadora, indicándole que, yo no tenía ningún inconveniente puesto que no iba a salir, en pedirle a mi Doctora que me diera el Alta Laboral durante ese mes de vacaciones, esperando que se solucionara el tema, antes de que volviera de éstas. Con el fin de que la Empresa, no tuviera que atrasar estas. Según mi criterio (criterio bastante ingenuo ¡lo reconozco! bastante trastorno les estaba ocasionando ya.)
Tengo que reconocer que inconscientemente, también motivó mi actitud, el hecho de que mi contrato finalizaba un mes después, y temía que ante tantas faltas a mi puesto de trabajo, no se me renovara. Así que prefería quedarme sin unas vacaciones disfrutadas con salud a perder mi trabajo.
Mi coordinadora, me comunicó que no había problemas con mi baja laboral, ya que en el momento de que se me facilitó esta, ya se me había comunicado mi periodo de vacaciones con lo cual según convenio, ¡Nuestro convenio!, debía disfrutarla aún estando de baja, eso sí, sin dejar de mandar los partes correspondientes cada semana. Me explicó que esta era una situación legal y que no podía hacer nada.
Ante mi duda sobre esta legalidad, ya que mi propia Doctora, así como muchas personas me había indicado que no era posible estar de baja y de vacaciones, consulté el tema y ante la información de que nuestro convenio así lo decía, lo acepte...no sin que me quedara la duda de que como era posible que se hubiera firmado un convenio en esas condiciones, ya que según es estatuto de los trabajadores no se puede estar de baja laboral y al mismo tiempo de vacaciones... no puedo evitar recordar el tan famoso dicho de : “ No se puede uno bañar y al mismo tiempo guardar la ropa “
¡En fin supongo que son cosas que ocurren hoy en día ante la necesidad de trabajo, tan extendida! 
Al día siguiente de mi pregunta, se me comunicó que tenía que pasar por la Clínica concertada con la empresa, donde se realizaban los reconocimientos médicos. Se que esto es normal cuando se produce una Baja Laboral, pero no dejó de sorprenderme el que fuera al día siguiente.
Se me realizó un reconocimiento, y supongo que les pasaron un informe.
En definitiva, les cuento todo esto, para que vean que mi intención, no fue nunca abusar del tiempo de mi baja laboral.
El día 14 de Julio,( quince días justo antes de que se cumpliera el plazo de mi contrato...¡ Bien hecho... ¡Absolutamente legal !  se me comunicó mediante un telegrama, que mi relación contractual con la Empresa, se daba por rescindida el día 31 de dicho mes, Julio, al finalizar dicho día, el ultimo contrato de circunstancias que había firmado con Uds. ¡ Después de un año y medio ! Tengo que reconocer,  que aún con la esperanza de que se valorara mi trabajo, ya esperaba este despido.
Y aquí, me surge la duda, motivo principal de ésta carta : ¿El hecho de no renovarme el contrato, después de estar prestando mis servicios en la Empresa durante un año y medio, se debe a que ya no hay trabajo suficiente, o por el contrario, lo ha motivado mi falta de existencia a éste por la baja laboral?
Es cierto que en la Sociedad de hoy en día, en las empresas, (debo ser justa y no referirme sólo a la suya) todo trabajador que no es productivo en algún momento, sea por la circunstancia que sea, y haya respondido en su trabajo como haya respondido, deja de ser interesante para estas, sobre todo teniendo en cuenta, que hay miles de personas esperando para cubrir ese puesto. No voy a reprocharles esto, Uds. no hacen nada más que llevar a cabo, aquellos que la Sociedad en general permitimos, quizá influenciados por la falta de trabajo. Pero como persona libre que soy, no quiero dejar de ejercer mi derecho a opinar en cuanto al tema. Por desgracia, en la mayoría de los casos, al trabajador hoy en día, sólo le queda este derecho.
No pretendo con esta carta, que Uds. me readmitan de nuevo, mi única intención, es dejar constancia de que yo no desee ni busque esa Baja Laboral y como es lógico, me puse enferma a propósito, y como persona y trabajadora que soy, me indigna que en la Sociedad en la que vivo, (vuelvo a insistir en que no ocurre sólo en su Empresa) el trabajador no tenga derecho a ponerse enfermo, sobre todo cuando este se toma su trabajo en serio. (Cosa que reconozco, que también hoy en día, es poco habitual entre algunas personas) Esto último, me lleva a hacerme a mi misma, una ultima reflexión: ¿No será porque dichos trabajadores saben que cumplan o no con su trabajo al 100% quien decide sobre su seguimiento en éste, no es su esfuerzo, sino las necesidades y el interés de la Empresa?  Según se dice, esta sociedad está avanzando ¿Avanzando hacía dónde? Para mi avanzar es prosperar. ¿En qué prospera la vida de los trabajadores después del esfuerzo realizado, si este no es tenido en cuenta y a la mínima vuelta de hoja se ve en la calle? Uds. se quejan de que no tienen beneficios, porque el trabajador no es responsable con su puesto de trabajo, aduciendo que esta es la razón por la cual no contratan personas fijas. ¿Es así como motivan a éstos para que cambien?  ¿De verdad piensan honradamente que con estas condiciones de trabajo, vale la pena rendir en el puesto al 100% , para en cualquier momento perderlo ?
Desde luego, puedo decirles que a pesar de esto, mi intención allá donde este trabajando, seguirá siendo la misma, cumplir con mi trabajo, no tanto por la Empresa en sí, ante lo aprendido en esta, sino porque como persona, es esto lo que me hace sentirme honrada y con derecho a cobrar el sueldo que recibo y orgullosa de llevar mi hogar adelante con este. Sólo me voy a atrever a pedirles una cosa más, como personas y responsables de las Empresas: Cuiden y motiven a sus trabajadores, por el perfecto funcionamiento de su empresa y porque jamás deben ser fichas productivas en un ordenador. Uds. Ganaran; sus trabajadores; estarán contentos con sus funciones, y sobre todo.. y les aseguro que esto es lo más importante en el tipo de servicios que presta la empresa, en la que yo trabajé,  los Ancianos, esas personas a las que relegamos los hijos, la mayoría de veces al olvido, se lo agradecerán.
Les ruego que, puesto que en el momento en que mi salud mejore, mi intención es solicitar a otras empresas dedicadas al mismo tema, un puesto de trabajo, en el caso de que se les pidan informes, valoren mi esfuerzo en su Empresa al redactar estos y no mi baja laboral, treinta y cinco días, puesto que los treinta restantes, pertenecían a mis vacaciones, treinta y cinco días, de quinientos cincuenta y dos días que estuve con Uds.
Sin mas, y por supuesto dejando claro que mi intención no es ofender ni faltar el respeto a nadie, empresario, esperando comprendan y acepten mi derecho a opinar como persona y trabajador libre que vive en un País que se enorgullece de disfrutar de una Democracia, les agradezco el tiempo durante el cual, me dieron la oportunidad a pesar de todo, de que mi trabajo, haya sido productivo para mi hogar y mi vida independientemente de lo que les haya aportado a Uds.
Con todo respeto le saluda atentamente:


                                                                       Un trabajador en paro.

                                                        Del libro CARTAS PARA TI,  de la Autora de éste Blogs
           Basada en un hecho real.
      Annia Mancheño 

martes, 18 de octubre de 2011

¡SOLEDAD!

Querida amiga Melisa:
Me he puesto a escribirte, porque, tenía la necesidad de contarte, algo que nos ha ocurrido recientemente y que todavía, nos tiene sorprendidos.
Sabes que, tenemos en casa, una habitación que, queríamos alquilar.
Pues bien… hace unos días, alguien llamo a la puerta de casa. Una Señora, me  miró al abrirle y sin mediar palabra alguna, me dijo que, quería alquilar dicha habitación.
Lo curioso del caso es que, nos habíamos puesto ningún anuncio; al no tener muy claro aún, si queríamos meter a alguien desconocido en casa.
Dicha Señora, dijo llamarse Soledad…  Casi, sin terminar de abrir la puerta; hasta nuestro Salón se coló. Se excusó diciendo que estaba cansada y se aposentó en uno de los sillones y desde allí nos habló:

Perdonar, pero me encuentro muy cansada y necesitaba sentarme. Me paso la vida buscando habitaciones libres, donde poderme quedar un tiempo…

Nos miraba a todos, mientras hablaba y había algo en su voz, que nos llenó  durante unos momentos de miedo y una extraña sensación. Apenas sin míranos unos a otros, llegamos a la conclusión, de que si la dejábamos quedarse, nos helaría el corazón. ¡Cómo explicártelo! Había tal expresión en su rostro que, era como si, quisiera apoderarse de todo; no sólo de la habitación, sino de todo lo que, con su mirada iba encontrando.
Ante su actitud, no fuimos capaces de hablar. Nos repitió que estaba cansada y que quería reposar.
Nos dejamos llevar por su influjo. La acompañamos a la habitación y con nuestras dudas y miedos, nos fuimos nosotros también a descansar.
Al día siguiente, algo nos llamó la atención. Al mira su rostro; a pesar de la expresión, cuando le mirábamos directamente a los ojos, se podía apreciar en ellos, una chispa de paz; pero, tan lejana… tan lejana… que no  podíamos vera con claridad.
Fueron pasando los días. Casi sin darnos cuenta, en nuestro interior, se fue introduciendo esa extraña sensación y miedo, hasta tal punto que, nos dejábamos llevar por su ese estados de ánimos.
Al principio, la casa adquirió un ambiente raro. Todos estábamos tristes y apagados. Ninguno sabíamos muy bien por qué. Sólo que, esto ocurría desde que, Soledad llego a nuestro hogar. Nos encontrábamos atrapados por alguien, a quien no sabíamos manejar. Al contrario, era ella quien en nuestras vidas, nuestros actitud ante las cosas, empezaba a mandar.
Al final, cansados por la situación, nos abandonamos a la situación.
La mirábamos de solayo y dejábamos que con sus voz, por dentro nos fuera llenando.
Pero un día; todos juntos, decidimos  sentarnos a su lado.
No se explicarte cómo; pero, algo cambió. Aquella chispa que un día vimos en sus ojos, nos sorprendió. Se veía  entonces con más claridad y nos miraba con cierto calor.
Empezamos a hablar con ella de temas que, nunca habíamos tocado, pues siempre  la habíamos mirado de lejos y esto nos impidió conocer mejor su interior.
Sin la mascara de frialdad que, inconcientemente le habíamos puesto, hablar con ella, resultó ser sosegado y tranquilo… y hasta que diría que, en algunos momentos, hasta nos  resultaron sus ojos bellos.
Apenas sin darnos cuenta, las horas fueron pasando.
Estas tertulias,  llenaron muchos días, hasta tal punto que, poco a poco, a ella nos fuimos acostumbrando.
Todos hacíamos nuestras vidas y ella en casa quedaba. Al llegar la noche, junto a Soledad nos sentábamos, aprendiendo día a día, como era en realidad nuestra amiga Soledad. Como en nuestra vida, habían momentos en que, era agradable llegar a casa y tener una conversación con ella, hasta tal punto que, durante esas tertulias, si alguien nos molestaba, sentíamos como si se llevaran un trozo de nuestra intimidad.
Querida amiga! ¡No se cómo te lo podría explicar!
Lo cierto es que Doña Soledad, se convirtió  en nuestras vidas, en una parte más de nuestros momentos diarios; momentos que nos llenaban de paz.
Nos encontrábamos tan bien con ella, durante esos momentos que, era como si todo su encanto, se nos metiera dentro de cada uno de nosotros.
Pero, llegó un día, en que Doña Soledad nos dijo que, se tenía que marchar. Y para asombro nuestro, nos sentimos todos tristes. ¡Es difícil de explicar! Teníamos familia…amigos con los que salir…trabajos…pero, cuando llegábamos  a casa; cuando necesitábamos de ella…¡Siempre estaba ahí!
Soledad nos dijo:
No os pongáis tristes. Solo tenéis que saber que, cuando me llaméis, yo acudiré siempre a vuestro lado. Hablaremos si queréis o simplemente, os haré un poco de compañía. Podremos juntos, disfrutar de un rato de tertulia, lectura, música… o simplemente, pensaremos en silencio…¡Cuando lo deseéis volveré! Recordar que, aunque hoy me vaya, siempre me podréis llamar. Pero, debo marcharme. No es bueno que, os acostumbréis tanto a mi, ni que estéis tanto tiempo, sólo conmigo.  Tenéis que vivir vuestras vidas. Yo siempre seré, esa amiga que acude cuando la necesidad de paz, hace que deseéis tener a alguien a vuestro lado, que os conozca, os escuche y os entienda
Nos dio un beso a cada uno y de la misma manera que llegó, sin decir más… ¡Nos despedimos de Doña Soledad!
Ahora, cada vez que, queremos estar a solas con ella, la llamamos y ella inmediatamente, acude a nuestro encuentro; sin excusas… siempre que la necesitamos… llega.
Así que… recuerda querida amiga… si algún día, a tu casa llama alguien que se presenta como Doña Soledad; no debes tenerle miedo..¡Ya veras! Si aprendes a conocerla… a escucharla… a sentirte en paz con su presencia… siempre que la necesites, acudirá a tu hogar.
Aprende a convivir con ella y descubrirás que, vivir momentos y conversar con Doña Soledad, puede aportarte mucha paz.
Recuérdalo cuando te visite   ¡DOÑA SOLEDAD!

Annia Mancheño

martes, 20 de septiembre de 2011

NIÑA ENAMORADA

                                 
Mi pequeña niña enamorada, que tus lagrimas derramas por un amor que no te correspondió; déjame contarte un cuento, un pequeño cuento de amor, que pueda endulzar hoy tu triste corazón.
Estaba oyendo música, cuando oía una canción. Hablaba de Príncipes y Princesas que con el beso del amor, de pequeñas ranas verdes, se convirtieron en bellos hombres y mujeres, con ojos como soles cuando juntaron sus corazones.
El tocadiscos sonaba, poniendo melodías  que  hacían  que el ambiente se impregnara, de todo el amor que en el cuento se definía.
Castillos en la playa, que dos almas enamoradas, formaban con fina arena que en la orilla del mar, esperaba, que el  abrazo  de  sus olas, con mimo las tocará.
Dentro de éste, ellos iban soñando su cuento de sueño de hadas. Su alegría era tanta; eran sentimientos tan intensos, que  hasta  para respirar les faltaba aliento.
Y seguían las melodías sonando en la habitación.
Su Castillo se llenaba de estrellas, que alumbraban  sus  corazones, que solo podían hablar, para pronunciar sus nombres.
¡ El cuento parecía tan real.... !
Dos Príncipes, dos enamorados, se encontraban entre ellas, convirtiendo su historia de amor, en la más hermosa que nunca existiera.
Y aunque solo sea un Cuento lo que te vine a contar, mientras oía éste, no  pude evitar pensar, en las lágrimas, que tus ojos por el amor, tus mejillas mojo.
Por esto, hoy te lo quise contar. Recuerda que en la vida, hay cuentos que se hacen realidad, son los cuentos que  se  viven  cuando un amor correspondido te llegue ¡Ten  seguro  que un dia te llegará!
Y los mil colores que consigo traerá, tu cara y tu corazón iluminaran. Será un amor, que se convertirá, en  el  más  hermoso milagro, que ningún Dios pudo crear, pues, solo el amor es capaz  de unir dos, almas en un solo corazón.
Así que  ve  a  la librería y cómprate un  Cuento  de  Amor y mientras que lo leas, de música se llenará tu corazón, antes de irte a descansar.
Después, despierta tranquila y recordando  lo  hermoso que es amar, espera con paz a que tu Príncipe, tu enamorado, venga a llenar tu corazón.     

Annia Mancheño

                                                                       

LA FELICIDAD, LLEGÓ EN UN TAXI



Anabel paseaba por la Gran Vía, contemplando los inmensos edificios con cristales multicolores, que ponían sobre Madrid, pequeños rayos luminosos en la tarde que caía lentamente.
Había sido un día agotador. Su trabajo, dejaba en ocasiones tan mal sabor de boca, que necesitaba la tranquilidad del día que se alejaba, para olvidar que una vida se había marchado, pero otras continuaban.
Estaba tan ensimismada en sus pensamientos, que no se percató de que alguien la llamaba, hasta que una mano en su brazo, la hizo volverse y oyó a un caballero que le decía:

  • Disculpe  señora, creo que la llaman a usted.

Dirigió la vista hacia donde éste le señalaba y... Fue entonces cuando diviso el taxi y asomado a la ventanilla...el rostro de él.

¡¡ No podía creerlo! ! Allí, estaba Fernando. Agitaba su mano, indicándola que se acercará y en su rostro, había una amplia sonrisa.
Se acerco despacio. Intentaba, en el poco espacio de tiempo que duraba el trayecto desde la acera hasta el taxi, tranquilizar su corazón, que latía apresuradamente.
Cada día le observaba y aunque apenas se habían dirigido unas palabras en el
Hospital, su calidad humana, simpatía y sentido del humor habían hecho que poco a poco, fuera naciendo en su corazón aquel sentimiento que tan profundamente se había aposentado en su interior.

  • ¡Hola, Anabel ! Ven, sube, te invito a una cerveza.

Subió despacio. El, con delicadeza, le extendió la mano para ayudarla y el sólo
contacto con ésta, hizo que su cuerpo se estremeciera. Una cálida sensación recorrió éste y temió que su cara reflejara la emoción que en esos momentos sentía.
Cuando se encontró sentada, a su lado, éste le indicó al taxista que continuara,
dándole  la dirección de un Pub que ella no conocía y volviéndose, le preguntó :

  • No te vi. esta mañana cuando pasé por tu sala. ¿ Acaso estas enferma y no has ido
            por esta razón a trabajar ?

Anabel, no podía creerlo. El, había  notado su ausencia. Claro que había ido, pero más tarde, ya que las dos primeras horas, las había tenido que dedicar a aquellos molestos análisis que le había mandado su doctora.
Sin mirarle a los ojos, pues temía que viera en ellos la confusión que sentía, le
contestó :

  • Si he ido Fernando. Lo que ocurre es que lo he hecho más tarde.

  • ¡ Ah ! Bueno.. No lo sabía.

Parecía confundido, cómo si de repente, al mirarla a los ojos, él se hubiera percatado, de la necesidad de verla a diario.

Recorrieron varias calles de Madrid.
Durante el trayecto, la conversación, resultó trivial e impersonal. Temas de trabajo... el tiempo... el tráfico... parecía, como si los dos, quisieran evitar cruzar sus miradas por miedo a descubrir en estas un nuevo sentimiento, desconocido para ambos.
¡ Por fin ! Allí estaba el Pub .
Resulto ser un Pub de estilo Hahwayano, con hermosas palmeras dibujadas en su entrada y luminosos rótulos, indicando el nombre : Hawuipar
Cuándo entraron, Anabel,  quedó encantada con el ambiente. Estaba decorado con múltiple paisajes de las Islas Hawayanas, con grandes cuadros que mostraban paisajes del mar, playas pobladas de inmensas palmeras y multicolores macetas repartidas con una exquisita elegancia por todo el local. El mobiliario, era de mimbre, y había enormes balancines y pequeñas butacas alrededor de las mesas.
Nada más entrar en el local, una preciosa muchacha ataviada con el típico traje de las Islas, le obsequió con un sencillo collar de papel y una flor y les acompañó hasta una mesa.
Fernando, tomando la mano de Anabel, le indico que se sentara en uno de los
balancines, junto a él, al darse cuenta de que esta pensaba hacerlo en una de las
pequeñas butacas de mimbre.

  • ¡ Ven !.  Aquí, estaremos más cerca para poder hablar.

Pidieron al camarero, entre sonrisas, dos confinados llamados Volcán y Néctar de los Dioses.
Cuando llegaron estos, envueltos en diminutas chispas y humo, producido por el
efecto del hielo sintético, Anabel comento sonriendo :

  • Ahora comprendo por qué lo llaman Néctar de los Dioses ¡trae estrellas con él !

Fernando tomó su mano y con una infinita ternura, le dijo:

  • Anabel, nunca pensé que tuvieras tanta imaginación. Cuándo se te ve atendiendo a los enfermos, ya se puede adivinar  que eres una persona muy sensible, pero nunca pude imaginar que fueras tan romántica.

Apartó su mano con la excusa de tomar un sorbo, consiguiendo con ello,
disimular el nerviosismo  que sentía cuando él la tocaba.
Continuaron hablando durante tres horas de infinidad de cosas, mientras que sus cuerpos callados, con el lenguaje mudo de los sentidos, se gritaban todas las
sensaciones que entre ellos estaban naciendo.

  • Fernando, tenemos que marchar a casa, mañana hay que madrugar. ¿No te parece?

Este la miró, y se aproximo durante unos segundos a Anabel, sus labios estaban tan cercanos a los de ella que durante un momento, pensó que iba a besarla y turbada se levanto apresuradamente.

  • Vamos,- dijo sonriendo. Si no, mañana, me dirás que yo soy la responsable de tus ojeras, y los hombres no os maquillas estas ¿ verdad ?.

El se levantó y cariñosamente le dijo al oído:

  • A veces, hay motivos por los cuales esas ojeras uno, desearía que nacieran todas las noches.

Emocionada, se dirigió a la salida mientras que este, pagaba la consumición al
camarero, que se había acercado al verles levantarse.
Ya en la calle, la suave brisa que soplaba, tranquilizó un poco sus nervios.

  • ¿ Te gustaría dar un paseo por el lago ? La noche está preciosa.

Había tomado sus manos, y la suave presión de estas sobre las suyas, hizo que
no pudiera decir que no. ¡ Apenas podía hablar !

  • Pero Fernando.... mañana....

  • Vamos Anabel, mañana será otro día. Disfrutemos hoy esta maravillosa noche. Nunca la había visto tan estrellada y tan hermosa desde que vivo en Madrid. ¡ por favor !

Tenía razón. La noche  estaba radiante. Una luna creciente parecía sonreírles desde el cielo, la ciudad parecía querer vestirse con un manto  de terciopelo negro, salpicado por diminutas gotas de cristal con destellos de plata. Esto hacía que se sintiera especialmente romántica esa  noche. El invierno, empezaba a marcharse. Los árboles, plagados de diminutas yemas que se convertirían en flores, daban a los parques ese tono primaveral que se adivinaba iba llegando.
Muchas noches sus ojeras, las ocasionaba el quedarse leyendo o escribiendo a los familiares que tenía lejos hasta altas horas de la madrugada. ¿Por qué hoy no podía hacerlo, disfrutando de la compañía de él? ¡ Mañana sería otro día !.

  • Esta bien,  vamos. Pero mañana no me digas que tienes sueño, dijo sonriendo, ¿ Vale ?

Sin decir palabra, la tomó de la mano y caminando lentamente, se dirigieron hacía el Parque de El Retiro que quedaba cerca.
Durante dos horas, estuvieron paseando y hablando de temas relacionados con ellos mismos.
Se sentía feliz. Él no había soltado su mano y así cogidos, una sensación de
confianza, se apoderó de ella.

  • Anabel, necesito decirte algo... Se había parado y mirándola a los ojos, con las manos cogidas, se acerco a su cara.

  • Yo...yo...

Cada fibra de su cuerpo se puso en tensión, al tener tan cerca su rostro.

  • Fernando....

  • Anabel.. yo...

No escucho más. Los labios de él, se habían posado suavemente sobre los suyos.
Cerro los ojos y se dejó llevar por la sensación que la inundaba en ese momento.
Su presencia, penetró en cada rincón de su ser. Despertó cada sentido de este y en silencio murmuró las palabras más hermosas que cualquier enamorado hubiera sido capaz de pronunciar.
Apenas fueron unos minutos, sin embargo, estos se convirtieron en una eternidad que hizo que su corazón rebozara de ternura.
 No dijeron nada. El lenguaje de los besos había hablado por ellos y todo un mundo de esperanzas se había abierto delante de sus ojos.

  • Vamos, -dijo con ternura Fernando-, con una sonrisa en los labios y la mirada. Mañana tenemos que levantarnos temprano para trabajar, ¿recuerdas? Mi apartamento está cerca...

La pregunta quedó en el aire, como si sólo el hecho de pronunciarla, pudiera romper, todo la magia del momento.
Sin embargo, sus ojos esperaban ansiosos y llenos de esperanzas la respuesta de
ella.
Le miro a estos y en ese momento descubrió que en ellos existía el mismo amor
que en silencio ella había guardado y que fue naciendo durante el tiempo que llevaban trabajando juntos.
Sonrió y acariciando levemente su mejilla le dijo:

  • Vamos Fernando. Pero por favor, aunque estemos cerca, tomemos un taxi. ¿vale? Al fin y al cabo, uno nos trajo hasta aquí. ¿No crees ? y sonrió

Annia Mancheño

EL CHUPETE QUE VOLVIÓ



Iba andando Don Chupete hacía la casa de Don Petete, iba moviendo su aro para mostrar su enfado. Con Don Petete se encontró, y casi del tropezón se cayó…

  • Cuidado Don Chupete, ¿ Por qué estas tan malhumorado ? ¿ Dime amigo, ¿ Qué ha ocurrido que vienes tan enfadado ?  Y la niña que te llevaba, ¿ Dónde te lo has dejado ?

  • En casa con sus papá. A estos le oí hablar, y entre ellos discutían si para Ana María, era ya conveniente mi compañía...
María decía que si, Vicente decía que no... Al ratito de la discusión, los dos decidieron a la par, que de la habitación de Ana María me debían ya sacar...

  • ¡ Me dejas sin hablar ! Y que pasó más...

  • ¿Y dónde lo ponemos ? - preguntó su mamá,- Ana María es muy lista y seguro que lo encontrará. Quizá lo mejor sea esconderlo en un rincón, contesto su papá y allí dejarlo guardado hasta que la niña se haga mayor.

  • ¡ Vaya situación ! ¡ Toda la vida encerrado en un rincón ! Ahora comprendo porque estabas tan enfadado. Y ¿ Qué contestó la mamá ?

  • Yo asustado, no espere la respuesta de mama. ¿ Te lo puedes imaginar ? Metido en un rincón sin salir a pasear, sin ver el sol, sin dejarme por el viento acariciar, sin las caricias de José Manuel cuando nos vamos a acostar. Por la ventana salté y hasta aquí pude llegar. ¡ Ahora ya no se que hacer ! ¡ Ya no tengo hogar !

Don Petete contempló  a Don Chupete con pena. El lo podía entender. Sabía como quería éste a Ana María. ¿ Cómo era posible que mamá María y papá Vicente de él se quisieran librar ? Seguro que si hablaba con ellos,  alguna solución, podrían encontrar.

  • Ven, tengo una idea. - Y diciendo esto a Don Chupete del aro cogió-Vamos a tu antiguo hogar.

  • No, no, seguro que me esconderán en un rincón

  • ¡ Vamos ! No seas cobardica.

Don Chupete con cara mohína, se dejó por este llevar.
Cuando estaban llegando a las puertas de su antiguo hogar, desde el jardín unos llantos se podían escuchar.
Don Chupete alarmado a Don Petete comentó :

  • ¿ No la oyes ?

  •  ¿ Qué ocurre ?

  •  ¡ Es Ana María ! ¡ Está llorando ! ¡ Vamos ! aprisa. Tengo que llegar hasta ella. - Y sin esperar respuesta, por la ventana del salón se coló.-

Cual no sería su sorpresa al oír a mamá María y a Papá Vicente diciendo a Ana María:

  • Vamos, no llores mi niña, seguro que Don Chupete volverá. No comprendemos que ha pasado, pero si ha salido un momento, seguro que alguna razón tendrá.

  • Pero, mamá, Don Chupete, ¡Era mi amigo ideal ! Cuando mis lágrimas brotaban, me acariciaba y mi sonrisa hacía brotar. Cuando el sueño se negaba a acudir a mi camita, él siempre estaba allí y jugábamos un ratito, hasta que el sueño quería venir.Ya se que últimamente, le tenía un poco abandonado, pero no era porque no le quisiera ya, lo que ocurría, era que como es tan blandito, sin quererlo, le podía dañar. Por esto, yo pensaba presentarle a Don Pepón, ¡ mi osito de peluche ! Para que con el pudiera jugar y durante la noche junto a mi, los dos pudieran estar. ¡ Porque durante el día, ya no le podía atender ! Sabéis que al colegio no le puedo llevar. Además, yo estoy creciendo y era hora, de que conmigo dejara de salir. Quería que tuviera otro amigo para que se pudiera divertir.

Mamá María y papá Vicente, se miraron los dos. ¿ Les habría oído hablar Don Chupete de guardarlo en un rincón ?
Cuando iban a decirle a Ana María, lo que quizá ocurrió, éste dijo con tristeza:

  • Ya no está. ¡ Don Chupete se marchó !
De pronto, Don Chupete, delante de ella se plantó y moviendo su arito con alegría esta vez, le gritó con su vocesita a Ana María:

  • ¡ Hola, hola ! Estoy aquí. Mira, soy yo. No me he ido. ¿Me presentas a Don Pepón ?
 Viendo la escena final, Don Petete no entró, se dio la media vuelta, y a su casita marchó.
Desde entonces Don Chupete, ya no va colgando del cuello de Ana María. Ahora cuelga del cuello de Don Pepón y juntos mientras ella estudia,  juegan en la habitación.



Annia Mancheño




                       
                        

PRECURSOR DE LA ENSEÑANZA




Sentado debajo de un olivo
contemplas el campo y su templanza,
absorto en recuerdos que han crecido
a golpes de días que pasaban.

Rezuman perfumes con colores
de voces infantiles que no callan...
Maestro... ¡ Hoy no hice los deberes !
¡ Madrid, es la Capital de España !

Retoños que crecen impetuosos
al ritmo fecundo de tus palabras.
Joviales cuchicheos entre pupitres
navegando al son de tu mirada.

Tú dejas tu huella sobre olas
dibujadas sobre el libro de bitácora,
pintando con trazos de futuro
prosperas y apremiantes enseñanzas.

Prodigas con tu voz lanzada al viento
perpetuas semillas para el mañana,
que harán que sobre la orilla de la vida
mil hombres y mujeres su corazón abran
al mundo del saber... ¡ A la esperanza !

Las olas de tu barco están bordadas
con manantiales de sabiduría llana,
que guardas en tu mente, escondida
ansiosa de encontrar un alma blanca.

Fecundo fue siempre tu crucero,
Maestro, precursor de la enseñanza.
No sueltes el timón de tu velero...
¡ El mundo necesita tus palabras !

Perenne en la mente de tus hijos,
los hijos de tus fecundas palabras,
vivirán navegando hacia el futuro
remando con preguntas y añoranzas,
de aquel que un dia en su niñez,
puso en su corazón las palabras...
Maestro... ¡ Enséñame para el mañana !

Ahora que sentado rememoras
recuerdos que asedian tu vida andada,
no olvides que tu barco aún lleva
como bandera una frase :
¡ ENSEÑANZA



DEDICADO A TODOS LOS MAESTROS QUE HOY EN DÍA, SIGUEN LUCHANDO PARA QUE LA EDUCACIÓN,  SEA, UN DERECHO ADQUIRIDO, SIN NINGÚN TIPO DE RECORTES, YA QUE ÉSTA, SON LOS PILARES DE UN FUTURO, DONDE LOS VALORES DEL SER HUMANO, ADQUIRIDOS CON ELLA,  PREDOMINARÁN POR ENCIMA DE TODOS LOS INTERESES POLÍTICOS. 

Annia Mancheño