A solas….
Maira cerro lo ojos un momento… Vulnerable era el
instante, paradójicamente, el verso hería su mano, otorgándole el descanso que
libremente buscado y ansiando, mediaba entre la inherente emoción que embargaba
su corazón y la necesidad de expresar aquello que pedía su alma gritar.
Su premisa era ese descanso, sin embargo, confluían en su
mapa de sentimientos, la evocación de
las emociones que vagabundeaban por sus pensamientos, en búsqueda constante del
esperado encuentro, con el enfoque de un despertar nuevo, a pesar de la complejidad
de su agotada humanidad.
Y así, a solas, enredada en el silencio, dejó que su mano, volara sobre sus deseos,
desplegando sobre el manto de los versos, todo aquello que percibía, mientras
su voz dormía y en el grito de lo sentido, vestía el instante de Poesías que le
devolvían, la paz a su día.
Estaba cansada…
Pero… ¡Vivía! Y la vida era colores… De
tristezas y Alegrías.
Annia Mancheño
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