martes, 20 de septiembre de 2011

EL CHUPETE QUE VOLVIÓ



Iba andando Don Chupete hacía la casa de Don Petete, iba moviendo su aro para mostrar su enfado. Con Don Petete se encontró, y casi del tropezón se cayó…

  • Cuidado Don Chupete, ¿ Por qué estas tan malhumorado ? ¿ Dime amigo, ¿ Qué ha ocurrido que vienes tan enfadado ?  Y la niña que te llevaba, ¿ Dónde te lo has dejado ?

  • En casa con sus papá. A estos le oí hablar, y entre ellos discutían si para Ana María, era ya conveniente mi compañía...
María decía que si, Vicente decía que no... Al ratito de la discusión, los dos decidieron a la par, que de la habitación de Ana María me debían ya sacar...

  • ¡ Me dejas sin hablar ! Y que pasó más...

  • ¿Y dónde lo ponemos ? - preguntó su mamá,- Ana María es muy lista y seguro que lo encontrará. Quizá lo mejor sea esconderlo en un rincón, contesto su papá y allí dejarlo guardado hasta que la niña se haga mayor.

  • ¡ Vaya situación ! ¡ Toda la vida encerrado en un rincón ! Ahora comprendo porque estabas tan enfadado. Y ¿ Qué contestó la mamá ?

  • Yo asustado, no espere la respuesta de mama. ¿ Te lo puedes imaginar ? Metido en un rincón sin salir a pasear, sin ver el sol, sin dejarme por el viento acariciar, sin las caricias de José Manuel cuando nos vamos a acostar. Por la ventana salté y hasta aquí pude llegar. ¡ Ahora ya no se que hacer ! ¡ Ya no tengo hogar !

Don Petete contempló  a Don Chupete con pena. El lo podía entender. Sabía como quería éste a Ana María. ¿ Cómo era posible que mamá María y papá Vicente de él se quisieran librar ? Seguro que si hablaba con ellos,  alguna solución, podrían encontrar.

  • Ven, tengo una idea. - Y diciendo esto a Don Chupete del aro cogió-Vamos a tu antiguo hogar.

  • No, no, seguro que me esconderán en un rincón

  • ¡ Vamos ! No seas cobardica.

Don Chupete con cara mohína, se dejó por este llevar.
Cuando estaban llegando a las puertas de su antiguo hogar, desde el jardín unos llantos se podían escuchar.
Don Chupete alarmado a Don Petete comentó :

  • ¿ No la oyes ?

  •  ¿ Qué ocurre ?

  •  ¡ Es Ana María ! ¡ Está llorando ! ¡ Vamos ! aprisa. Tengo que llegar hasta ella. - Y sin esperar respuesta, por la ventana del salón se coló.-

Cual no sería su sorpresa al oír a mamá María y a Papá Vicente diciendo a Ana María:

  • Vamos, no llores mi niña, seguro que Don Chupete volverá. No comprendemos que ha pasado, pero si ha salido un momento, seguro que alguna razón tendrá.

  • Pero, mamá, Don Chupete, ¡Era mi amigo ideal ! Cuando mis lágrimas brotaban, me acariciaba y mi sonrisa hacía brotar. Cuando el sueño se negaba a acudir a mi camita, él siempre estaba allí y jugábamos un ratito, hasta que el sueño quería venir.Ya se que últimamente, le tenía un poco abandonado, pero no era porque no le quisiera ya, lo que ocurría, era que como es tan blandito, sin quererlo, le podía dañar. Por esto, yo pensaba presentarle a Don Pepón, ¡ mi osito de peluche ! Para que con el pudiera jugar y durante la noche junto a mi, los dos pudieran estar. ¡ Porque durante el día, ya no le podía atender ! Sabéis que al colegio no le puedo llevar. Además, yo estoy creciendo y era hora, de que conmigo dejara de salir. Quería que tuviera otro amigo para que se pudiera divertir.

Mamá María y papá Vicente, se miraron los dos. ¿ Les habría oído hablar Don Chupete de guardarlo en un rincón ?
Cuando iban a decirle a Ana María, lo que quizá ocurrió, éste dijo con tristeza:

  • Ya no está. ¡ Don Chupete se marchó !
De pronto, Don Chupete, delante de ella se plantó y moviendo su arito con alegría esta vez, le gritó con su vocesita a Ana María:

  • ¡ Hola, hola ! Estoy aquí. Mira, soy yo. No me he ido. ¿Me presentas a Don Pepón ?
 Viendo la escena final, Don Petete no entró, se dio la media vuelta, y a su casita marchó.
Desde entonces Don Chupete, ya no va colgando del cuello de Ana María. Ahora cuelga del cuello de Don Pepón y juntos mientras ella estudia,  juegan en la habitación.



Annia Mancheño




                       
                        

No hay comentarios:

Publicar un comentario